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Mis Fantasmas Favoritos

The Flight of the Phoenix


Disponible, chicas.


La breve resurrección experimentada bajo Chris Ford había traído nuevas esperanzas a los Celtics el verano de 1991, y el nuevo GM Dave Gavitt (recientemente “inducido” a entrar en el Hall of Fame) hablaba de intentar ganar un último anillo con los Big Three. Es cierto que Larry Bird se había perdido buena parte de la segunda vuelta con molestas de espalda, pero al fin había aceptado lo inevitable y la cirugía a la que se sometió ofrecía buenas perspectivas, al igual que sucedía con Kevin McHale y su operación de tobillo. Además, habían drafteado al escolta-alero Rick Fox procedente de North Carolina para ampliar la rotación de aleros y descargarles de trabajo y minutos.



Las cosas no salieron exactamente así. Que Larry Bird empezaría la temporada de baja estaba ya asumido por los responsables de la franquicia, pero se encontraron con que además de que Kevin McHale volvió a resentirse de sus problemas crónicos de tobillo y aunque forzó para jugar lo hizo muy disminuido, con que Dee Brown hubo de sufrir una artroscopia de rodilla y Brian Shaw se lesionó en el pubis. Encima, Kevin Gamble estaba sumido en una dura negociación contractual, y no firmó hasta un par de días antes del comienzo de la liga, con lo que se perdió todo el training camp.

Los Celtics se vieron obligados a repescar al veterano John Bagley y a contratar temporalmente a jugadores acabados como Rickey Green y a medianías irredentas como Kevin Pritchard o Larry Robinson para empezar la temporada.

No fue un buen presagio, desde luego, pero sí muy correcto. Las esperanzas puestas en la cirugía se vinieron estrepitosamente abajo, y la espalda de Bird se deterioró rápidamente hasta alcanzar su peor aspecto. Kevin McHale también se perdió media temporada debido a constantes problemas en su tobillo operado, y cuando jugó lo hizo sensiblemente disminuido. Brian Shaw entraba y salía de la lista de lesionados sin llegar a recuperarse del todo, John Bagley no estaba para ser titular y el equipo quedó en manos del veteranísimo Parish más los jóvenes Lewis y Gamble. El banquillo se reducía al rookie Fox y a Ed Pinckney. A pesar de que de algún modo Chris Ford logró mantener la cohesión del equipo, con Bird, McHale, Shaw y Brown entrando y saliendo de la enfermería la temporada se estaba desmoronando a ojos vista. Los Celtics necesitaban a un base que estuviera sano y fuera mejor que Bagley.

Muy lejos de allí, los Miami Heat estaban pasando su particular via crucis en la posición de base: procedente de segunda ronda, el general Sherman Douglas había jugado dos temporadas esplendorosas en el joven equipo de Florida, pero sus intentos por conseguir una notable mejora salarial se habían convertido en una pugna que duraba ya meses. Douglas no firmó su nuevo contrato hasta mitad de temporada, y para entonces sus relaciones con la franquicia, el entrenador y sus compañeros (específicamente el que fuera su “mejor amigo en el equipo”, Rony Seikaly) se habían deteriorado dramáticamente. Atraídos por los 18 puntos y 9 asistencias promediados el año anterior, los Boston Celtics traspasaron a Brian Shaw a cambio de Sherman Douglas.



No se puede decir que el traspaso levantara la temporada, pero sí que les permitió bandear las ausencias y lesiones para terminar con unas muy estimables 51 victorias y revalidar el título de División. Los playoffs, sin embargo, fueron otra historia: Larry Bird estaba muy disminuido y apenas pudo jugar la mitad de los partidos y promediar unos tristes 11 ppg; Chris Ford volvió a contraer la rotación a seis jugadores (Bagley, Gamble, Lewis, McHale, Parish, Pinckney) y, a pesar de superar de nuevo a los Pacers en primera ronda con cierta comodidad, cayeron 4-3 contra los Cavaliers en una eliminatoria decidida cuando los Cavs lograron una apuradísima victoria casi sobre la bocina 114-112 en el Boston Garden.

quote:
On August 18, 1992, I announced my retirement from the Boston Celtics. It was one of the happiest days of my life.

You have to understand how screwed up my back was at that point. I had been playing through back problems for almost ten years, and I just couldn't take it anymore. The pain was relentless. No matter what I did-whether I was standing up, sitting down, lying down, leaning over-I couldn't escape it. It had completely taken over my life. There were some days I couldn't even bend over to pick up a basketball, never mind try to shoot one. Some nights, I had to eat dinner sitting on the floor. Even lifting up my son, Conner, hurt so much that I had to stop doing it.

Larry Bird


La decisión estaba tomada desde aproximadamente la fecha del All Star, aunque Larry Bird quiso esperar a después de Barcelona’92 para anunciarlo. El Pájaro se había retirado.



¿Dónde hay un reloj de cuerda cuando lo necesitas?

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