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Mis Fantasmas Favoritos

1984-1985

quote:
Como resumen de la temporada pasada, debo decir que a pesar de todas nuestras defensas multiestructuradas, el sistema se vendría abajo si perdiéramos a Bernard King o a Bill Cartwright.
(Hubie Brown, verano de 1984)


quote:
Sólo hay una cosa que temer, que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas.
(Abracurcix, Mánager General de los Knicks, 1984)


Altas y Bajas

Al terminar la temporada 1983-84, dos eran las necesidades fundamentales percibidas para los Knicks: en primer lugar un ala-pívot para reemplazar a “Truck” Robinson, que a su juego irregular sumaba su edad y su enfrentamiento permanente con Hubie Brown; en segundo lugar, un escolta para sustituir al agente libre Ray Williams, que después de una buena temporada regular, había desaparecido en playoffs. Los Knicks le ofrecieron la renovación cobrando más o menos la mitad que el año anterior ($220.000 en vez de $400.000), y el jugador la rechazó.

Estas necesidades deberían ser cubiertas sin recurrir al draft, ya que los Knicks carecían de elecciones significativas este año: su primera ronda había terminado en Indiana en un traspaso a tres bandas a cambio de Ray Williams, y su segunda ronda había ido a los Nets como compensación por el fichaje de Len Elmore. Esta situación no era precisamente un triunfo para la franquicia de New York, ya que este mismo verano Ray Williams fue finalmente cortado y Len Elmore optó por retirarse a sus 32 años y matricularse en Derecho en Harvard. Poca recompensa a cambio de perder este draft.

Mientras los hermanos Bernard y Albert King participaban en el campamento de baloncesto de Dan Peterson en Milán y Hubie Brown pasaba por el quirófano para corregir la hernia discal que lo obligó a pasar intermitentemente por el hospital la temporada anterior, los Knicks se lanzaron al mercado de agentes libres y empezaron a hacer ofertas a todo lo que se movía (o incluso a lo que no se movía, como Pat Cummings) iniciando una tradición en el Madison que Isiah Thomas elevaría a la categoría de arte. El corazón tiene razones que la razón desconoce, y los Knicks ofrecieron $2 minolles a Pat Cummings de los Dallas Mavericks por cuatro temporadas más opción a una quinta, para que ocupara su plaza de ala-pívot. Como compensación por no igualar la oferta (!), los Knicks enviaron a Dallas una tercera ronda del draft para 1986 y una segunda para 1985; de nuevo, pan (duro) para hoy y hambre para mañana: esa tercera ronda sería intrascendente (Leonard Allen), pero la segunda ronda terminaría siendo todo un All-Star como Mark Price.

A continuación, los Knicks intentaron cubrir su hueco en el puesto de “dos”. Le ofrecieron $1.5 minolles por tres temporadas a Vinnie Johnson, pero los Pistons igualaron la oferta. New York intentó presentar una oferta mareante a Jim Paxson de los Blazers (más de $9 minolles por seis temporadas), pero la NBA la declaró inviable bajo las nuevas normas del tope salarial; mientras los Knicks recurrían a un arbitrio externo, los Blazers renovaron a Paxson y zanjaron el tema. Sedale Threatt fue invitado al campus de verano de New York, pero finalmente se descartó su fichaje. Previendo la posibilidad de tener que cubrir la plaza con los recursos existentes, los Knicks contrataron al entrenador de tiro Stu Lantz y lo pusieron a darle un cursillo intensivo a Darrell Walker con la idea de que si mejoraba el tiro exterior (la gran laguna de Walker), podría verse muchos minutos de “dos”. Menos mal que lo hicieron, porque finalmente el jugador fichado fue “Butch” Carter, un musculoso escolta traído de los Pacers a cambio de la segunda ronda de 1985 y que no pasaba de ser un suplente digno. A medio plazo, la solución se resolvería cuando los Celtics ficharon a Ray Williams en Febrero y como compensación enviaron a New York una segunda ronda para 1985 que terminaría siendo Gerald Wilkins, el futuro dueño del puesto de escolta en el equipo.

Y sin más ni más, se acabó.

Durante las pruebas médicas de la pretemporada, a Bill Cartwright se le diagnosticó una fractura en un hueso del pie derecho por la que se perdería unas cuatro semanas producida durante una sesión de footing; lo que parecía un inconveniente molesto se transformaría en un drama carcelario cuando ya empezada la temporada y aparentemente recuperado, el jugador volvió a fracturarse el mismo mientras hacía ejercicio en una bicicleta estática. Eventualmente, Bill Cartwright se perdería esta temporada y la siguiente, más buena parte de la otra, y no volvería a ser un factor decisivo en el equipo,

En esas mismas pruebas se le detectó una anomalía en la sangre a Marvin Webster. Lo que pareció inicialmente un caso de anemia aguda terminó siendo hepatitis, el tercer brote que sufría Webster en su carrera profesional. Cada nuevo ataque debilitaba aún más su hígado, y en este caso los doctores tuvieron que anunciar que “Marvin the Magnificent” se perdería toda la temporada y probablemente significaría el fin de su carrera. Y así fue, a pesar de un fallido intento de retorno con los Bucks años después.

“Truck” Robinson resolvió su situación a las bravas: sufrió una fractura en el pie durante un entrenamiento, y se tuvo que retirar después de jugar solamente dos partidos esta temporada.

Bill Cartwright lesionado para dos años; Marvin Webster acabado por culpa de la hepatitis, “Truck” Robinson lesionado, Len Elmore retirado, Eric Fernsten cortado. Sabes que has muerto y has ido al infierno cuando tu frontcourt es Pat Cummings.

No se vayan todavía, aún hay más: después de intentar infructuosamente conseguir a David Greenwood, los Knicks ficharon rápidamente de los Nets a “Jammin’ James” Bailey, un pívot suplente del montón, a cambio de una tercera ronda del draft; pues bien, en su primer entrenamiento, Bailey sufrió un desvanecimiento y tuvo que ir al hospital. Al final no fue nada, pero cuentan los más viejos del lugar que por las noches se oían lamentos de ultratumba en la voz de Hubie Brown: “¡Varro, devuélveme mis pívots!”

¿Cuán angustiosa era la situación de los Knicks? El pívot titular terminaría siendo su elección de séptima ronda del draft, el ínclito Ken “Animal” Bannister”. El suplente sería su elección de sexta ronda del draft, Eddie Lee Wilkins. A su cuarta ronda la mandaron a Europa a foguearse, pero la repescarían al año siguiente: Bob Thornton. ¿Os suenan?


Bannister se hizo famoso en la liga...
por su propensión a tirar bocaos a los rivales.



Cuenta Rick Pitino que él comprendió realmente la extrema gravedad de la situación después de asistir a un campus de verano en Rutgers. Para demostrar los ejercicios eligió al azar a un “siete pies” de entre el público, y fue un desastre porque el tío era incapaz de seguir incluso los ejercicios más sencillos de bote o pase. Al terminar, el fulano le dijo que había estado jugando con los Harlem Magicians (! ) y que le gustaría probar con los Knicks. “Sí, hombre, sí” le dijo Pitino, esperando no volverlo a ver nunca más.

Cuando volvió al equipo, Rick Pitino se lo encontró en plantilla; se llamaba Ron Cavenall, y terminó jugando 53 partidos. “Qué quieres”, le dijo Hubie Brown, “mide siete pies”. La prensa neoyorquina lo presentó como un “diamante en bruto” descubierto por Pitino; la proporción de bruto resultó ser muy superior a la de diamante.

Incluso le hicieron una prueba a Chuck Nevitt (que no pasó), solamente porque su agente les mandó un folleto con una foto suya.

No tengo fotos de Cavenall ni de Bailey, así que os pongo otras dos de Bannister de las que hay en la red de su etapa europea. Por lo menos nos alegramos los ojos.



Tocando Fondo: 1984-1985.
24 – 58 (29%). Playoffs: No.


PG: Darrell Walker / Rory Sparrow.
SG: Trent Tucker / “Butch” Carter.
SF: Bernard King / Ernie Grunfeld.
PF: Pat Cummings / Louis Orr.
C: Ken Bannister / James Bailey.
Toalla: Eddie Lee Wilkins, Ron Cavenall.

Ya os podéis imaginar el resultado. Los Knicks ocuparon los últimos puestos de la liga en casi todas las categorías, tanto defensivas como ofensivas. A pesar del hercúleo esfuerzo de Bernard King, que se fue a los 33 puntos por partido con un 53% en el tiro para liderar la liga, y del trabajo sólido aunque poco espectacular de Sparrow y Walker, la absoluta carencia de juego interior condenaba a los Knicks a los sótanos de la divisón: Cummings solamente aportaba tiros de media distancia, Orr no tenía el físico para jugar dentro, Bailey y Bannister competían en ineficiencia.



El pobre Eddie Lee Wilkins fue la encarnación de la temporada del frontcourt de los Knicks: fichado tras brillar en el Princeton Summer Camp, su debut en la liga fue espectacular. En el primer partido de la temporada, contra los Pistons, Cummings se cargó de faltas y Hubie sacó a Wilkins a la cancha. Eddie Lee empezó a anotar canasta tras canasta y, a pesar de los 34 puntos de Bernard King, se convirtió en la estrella del partido al sumar 24 puntos y 10 rebotes en solamente 27 minutos. Sin embargo, apenas saltar a la cancha en su segundo partido, Wilkins se lesionó en el tobillo y se perdió un buen trozo de la temporada. Los Knicks encadenaron seis derrotas consecutivas, Eddie Lee Wilkins no volvió a tener continuidad esa temporada, y al verano siguiente sufrió una gravísima lesión de rodilla que lo tuvo un año parado y que puso fin a sus posibilidades como jugador relevante en la NBA. El 27 de Octubre de 1987 fue el principio y el final de la gloria para Eddie Lee Wilkins.

Pero el auténtico drama fue otro. Bernard King ya se había perdido varios partidos durante la temporada, primero por un tirón en el abdomen y luego por una torcedura de tobillo cuando cayó sobre el pie de Wes Matthews. Nada serio. El 23 de Marzo contra los Kansas City Kings, durante los últimos minutos de uno de los últimos partidos de una temporada ya intrascendente, Bernard King se rompió el ligamento anterior cruzado y el cartílago de su rodilla derecha. Fue operado inmediatamente y se le implantó un tendón extraído de otra parte de su rodilla y comenzó una rehabilitación que sería tan larga como trabajada, pero el jugador espectacular que liderara a los Knicks no volvería a verse sobre una cancha. Aún lograría volver al All Star, todo un reconocimiento a su trabajo y a su afán de superación, pero no sería ni el mismo jugador, ni en el mismo equipo.

“Tennis season begins Monday at 3 o’clock”, resumió Rory Sparrow.






A casi todos los efectos, la era Hubie Brown en los Knicks terminó ese día.

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