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Mis Fantasmas Favoritos

Los Mavs de los 80

Los comienzos son siempre duros: 1980-81

Balance: 15-67 (18%). Playoffs: No.

La historia de la franquicia comenzó a efectos prácticos el 11 de Octubre de 1980 en la Reunion Arena y frente a los San Antonio Spurs. Salieron de titulares Geoff Huston, Winford Boynes, Abdul Jeelani, Tom LaGarde y Jerome Whitehead. Jeelani anotó la primera canasta de la historia de los Mavs, para darle una ventaja inicial al equipo que terminó desembocando en una sorprendente victoria de los novatos Dallas Mavericks 103-92 sobre los Spurs de George Gervin. Los jugadores más destacados por parte local fueron Boynes y LaGarde.


El trío de pívots del equipo original.
De izquierda a derecha, LaGarde, Drollinger y Whitehead.


El resto del año, sin embargo, no siguió ese mismo patrón. Con una rotación basada en Geoff Huston, Jim Spanarkel, Oliver Mack, Scott Lloyd y Tom LaGarde de titulares, más Winford Boynes, Marty Byrnes, Abdul Jeelani, y Bill Robinzine como suplentes, el equipo se arrastró hasta tocar fondo con una marca de solamente 6 victorias por 40 derrotas. Afortunadamente, el traspaso de Huston permitió la llegada de Brad Davis, y con éste de titular se logró terminar la temporada con una racha medio digna de 9-27, para el balance final antes citado.

Los agentes libres

Abandonados por la suerte durante los sucesivos drafts en el verano de 1980, los Dallas Mavericks acudieron a la lista de agentes libres en un esfuerzo, una vez más desencaminado, por reducir el coeficiente de paquetudez de su plantilla.

Monti Davies (PF): Davis había sido elegido en primera ronda por los Sixers después de una brillante carrera como gran reboteador en Tennessee State. Sin embargo, solamente duró un partido en Philadelphia, y otro en Dallas después de ser contratado como agente libre. Salió ocho minutos y le dio tiempo a marcarse un 0/4 en tiros de campo y un 1/5 en tiros libres. Después de 10 minutos en 2 partidos, su carrera NBA llegó a su fin.


Ralph Drollinger (C): Otro de los expedientes X de este primer año en Dallas. Drollinger alcanzó cierta fama como pívot titular del último equipo campeón de John Wooden en UCLA, pero a pesar de ser drafteado tres veces, nunca quiso firmar por ningún equipo ya que prefirió dedicarse a estudiar la biblia. Norm Sonju, a la sazón General Manager de la franquicia, lo convenció para firmar diciéndole que querían construir un “equipo cristiano” y que podría asistir al seminario de Dallas. Drollinger se sintió engañado cuando comprobó que nada de ello era cierto, y que de hecho lo habían fichado solamente como reclamo para atraer espectadores del “bible belt”: la lesión de rodilla que lo limitó a apenas 6 partidos ya había sido detectada antes de su fichaje, y si el equipo lo firmó a pesar de no superar las pruebas médicas era evidentemente porque su preocupación principal no era que jugara. Drollinger se retiró al terminar la temporada y hoy es un activista religioso en California que lucha para que las mujeres con hijos abandonen la vida política para criarlos, y para que los representantes de una “religión falsa” abandonen el gobierno del Estado (Schwarzenegger es católico, una de las religiones falsas según Drollinger). Todo un pirado, señores. Y nos quejábamos de Jeelani.


Stan Pietkiewicz (G): Antigua estrella universitaria en Auburn, había sido drafteado en una ronda bajísima por los Buffalo Braves, con los que siguió hasta San Diego. Terminó esta temporada en Dallas después de ser cortado por los Clippers (la humillación definitiva) como suplentillo apañado. Nunca demostró en profesionales la buena mano que tuvo en la universidad, y al terminar la temporada no fue renovado.

Scott Lloyd (C): Clásico pívot tronquete de 2.10 que llevaba varios años dando vueltas por la liga como suplente. Fue titular en Dallas durante casi todo el año (llegó ya empezada la temporada), con un rendimiento mediocre. Aún duró un par de años como suplente en la franquicia dada la escasez de hombres altos, pero su utilidad era limitada.

Ollie Mack (SG): Antiguo segunda ronda, fue cortado por los Bulls al comenzar la temporada pese a haber demostrado cositas el año anterior. Dallas lo firmó inmediatamente y lo convirtió en titular, lo que demuestra el nivel general de la plantilla. Aún siguió un año más como suplente, hasta quedar claramente superado por futuras incorporaciones.


Brad Davis (PG): El mayor éxito de la temporada (casi el único, si lo piensas). Tras una buena carrera en Maryland y una elección en primera ronda por Lakers, Davis había caído en las sombras y alternaba breves contratos temporales en Bulls o Jazz con largas temporadas en la CBA. John McLeod lo estaba siguiendo con interés, y mediada la temporada lo contrataron inicialmente por diez días, y posteriormente con un contrato multiaño. Brad Davis trajo estabilidad inmediata al puesto de base, y fue titular durante los primeros años de la franquicia. Incluso después de ser sustituido por Derek Harper aún rindió a muy buen nivel como suplente. Un jugador correcto en todos los aspectos (buen tirador, buen pasador, buen defensor, buen penetrador) sin destacar excesivamente en ninguno salvo en el trabajo y la dedicación, personalmente me recuerda mucho a Craig Ehlo. A pesar de tener unos números poco destacados, su camiseta fue retirada justamente por la franquicia cuando se retiró.

El Entrenador



Una de las claves del rápido éxito de los Mavericks fue la elección del entrenador, y la confianza en el mismo. Dick Motta era un técnico de probada experiencia tanto en la construcción de un equipo desde la nada (Chicago Bulls, 1968) hasta la cumbre (Coach of the Year, 1971), e incluso en ganar un anillo (Washington Bullets, 1978). Anillo que, según él, nunca se ponía porque llamaba la atención y lo dejaba en evidencia cuando se metía el dedo en la nariz.

Además, Motta era un partidario estricto de la disciplina, que pese a sus excentricidades no toleraba indisciplinas ni dentro ni fuera de la cancha, y que además sabía cómo sacar lo mejor de sus equipos. Además, su misma fama de excéntrico (bien ganada, por cierto) tampoco le vendría mal a la franquicia. Que hablen de ti, aunque sea mal. La lista de anécdota y citas graciosas de Dick Motta no tiene fin, pero mi favorita es la vez que para protestar una decisión arbitral al comienzo de su etapa en Bulls embarcó el balón de una patada en el anfiteatro. Como la asistencia a los partidos de Chicago era escuálida, no había espectadores en esa zona y hubo que subir a por el balón (no, no había otro) con el consiguiente retraso de casi un cuarto de hora. Pues bien, los árbitros estaban de espaldas y no vieron quién dio la patada al balón, así que no pudieron pitar nada. El pobre entrenador rival (uno de los Van Breda Kolff, creo) protestó airadamente ante lo que le parecía una demostración escandalosa de impunidad, y terminó siendo expulsado ante la sonrisa beatífica de Dick Motta.

Resultados visibles

En conjunto, el draft de expansión produjo tres titulares (Huston, LaGarde y Spanarkel), uno de los cuales fue traspasado, más dos suplentes (Jeelani y Byrnes).

La mayor aportación vino, sin embargo, a través de traspasos por elecciones de draft: a cambio de Bratz, Huston, McKinney, Peck, Washington y Whitehead, los Dallas Mavericks consiguieron cuatro primeras rondas (1983, 1984, 1985, 1986), tres segundas rondas (1981, 1983, 1984), más Bill Robinzine y Chad Kinch. Robinzine jugaría bien de “cuatro” para los Mavs este primer año y luego fue traspasado a Utah, mientras que Kinch fue prontamente cortado.


No me hagas mates que lloro.

Thalassa, Thalassa: El draft, el draft.

Como buen equipo de expansión, los Dallas Mavericks esperaban como agua de Mayo el draft, para conseguir al menos un par de jugadores jóvenes sobre los que construir un futuro. Sus esperanzas pronto se convertirían en carcajadas de desesperación maníaca.

Con el nº 11 de la primera ronda del draft de 1980, los Dallas Mavericks eligieron al alero Ernest Maurice Vandeweghe III (entiendo la necesidad de un apodo; lo que no entiendo es que eligiera “Kiki”) de UCLA. En segunda ronda eligieron al pívot Roosevelt Bouie, de Syracuse. Ambos buenos jugadores con carreras largas y provechosas. Lástima que no en Dallas, claro.

Kiki Vandeweghe se negó a firmar por un equipo de expansión, temiendo enterrar su carrera en una franquicia que tardaría años en aspirar a nada. Tras un mes de disputas, finalmente Dallas tuvo que dar el brazo a torcer y enviarlo a Denver junto con su primera ronda de 1986 (Maurice Martin) a cambio de dos primeras rondas, para 1981 y 1985 (Rolando Blackman y Sam Vincent, respectivamente). Aunque se puede debatir si en global el cambio fue provechoso, a corto plazo condenaba a los Mavericks a la más absoluta miseria deportiva. Miseria agravada por el hecho de que Roosevelt Bouie fuera una estrella en el baloncesto italiano, pero nunca debutara en la NBA.

Para terminar este desastre drafístico, tampoco las rondas inferiores depararon el inesperado hallazgo de una joya oculta... excepto por Clarence Kea, por supuesto. Kea alternó durante dos temporadas la CBA con contratos temporales en Dallas, aunque solamente el primer año tuvo minutos y no llegó a ejercer una influencia destacable en la franquicia antes de venirse para un Banco di Roma en rumbo de colisión con el Barcelona de Serra.

El draft de expansión

Como es habitual, la franquicia de Dallas se constituyó mediante un draft de expansión, que como es habitual dio como resultado una heterogénea colección de jugadores cuyo único rasgo común era su escaso valor. Hoy día, la franquicia prefiere presentar la historia como “una apuesta por la juventud”, destacando que se decidió no draftear a varios jugadores distinguidos que habían quedado desprotegidos en el draft: Doug Collins, Rick Barry, Spencer Haywood, Pete Maravich, Earl Monroe. Dejando aparte que esa “apuesta por la juventud” no les impidió draftear a Austin Carr, Jim Cleamons o “Bingo” Smith, lo cierto es que excepto Haywood casi todos esos jugadores se retiraron ese mismo verano (Collins al comienzo de la siguiente temporada), y que los únicos cuyo físico había dado para jugar más de 1000 minutos la temporada anterior eran Spencer Haywood (cuya adicción a la cocaína acababa de hacerse pública) y Rick Barry, que tras dos buenos años como suplente en Rockets no fue capaz de encontrar otro empleo debido a su reputación. Más que apostar por la juventud, entonces, los Dallas Mavericks se limitaron a rendirse ante la evidencia.

Claro que la evidencia de lo que sí draftearon no es mucho mejor. Veamos primero los que no llegaron a debutar en partido oficial con los Dallas Mavericks:

Del Beshore (Bulls): Un diminuto base que no entró en el draft y que venía de jugar una temporada en Chicago, tras el draft desapareció de la faz de la tierra por lo que al baloncesto de élite se refiere.

Alonzo Bradley (Rockets): Antigua estrella universitaria que había caído al fondo del banquillo en Houston y que no logró hacerse con un puesto en Dallas. Alero.

Mike Bratz (Suns): Aceptable base suplente en Phoenix, fue traspasado antes de debutar a Cleveland a cambio de su primera ronda del draft de 1984. Sam Perkins a cambio de un base que tuvo un año decentillo antes de salir del equipo, justo el tipo de traspaso que hacían los Cavs día sí y día también.

Jim Cleamons (Bullets): Este antiguo base y actual técnico no llegó a dar de sí todo lo esperado cuando los Lakers lo draftearon en primera ronda, a pesar de que tuvo algunos años buenos en Cleveland. Ya no estaba para expansiones y esas zarandajas, y prefirió retirarse.

Jack Givens (Hawks): “Goose” Givens fue un alero estrella en Kentucky, elegido en primera ronda por los Hawks, donde había jugado minutos a un nivel aceptable. Ignoro por qué fue cortado por los Mavs y no volvió a jugar, pero posteriormente se convirtió en un conocido comentarista televisivo hasta que una acusación de abuso de menores (de la que fue absuelto) hundió su carrera recientemente.

Jeff Judkins (Celtics): Un escolta elegido en segunda ronda y que había mostrado cierta habilidad marginal en Boston. No llegó a debutar con los Mavs, sino que firmó como agente libre por los Utah Jazz, y tras un par de temporadas por los sótanos de la liga, desapareció.

Arvid Kramer (Sonics): Mr Expansion Draft himself. Kramer fue un pívot de 2.05 que tras un par de contratos de 10 días con Seattle se marchó a Alemania (Occidental) donde tuvo una buena carrera como jugador y actualmente ejerce de entrenador. El bueno de Arvid debe su “modesta” fama NBA al hecho de ser uno de los pocos jugadores elegidos en dos drafts de expansión: en 1988 fue elegido por Miami. Los Heat recibieron una primera ronda de 1988 (Kevin Edwards) a cambio de no elegir a ninguno de los “prometedores jóvenes” de los Mavericks; me refiero a Steve Alford, Bill Wennington y Uwe Blab (a mí que me registren, eso es lo que dijeron ellos). Ni Dallas ni por supuesto Miami tuvieron el más mínimo interés por Kramer, que aparentemente ni siquiera acudió a los campus de verano porque ir pa ná es tontería.

Billy McKinney (Kings): Un base decente, que después de caer hasta la 6ª ronda del draft tuvo una carrera digna como suplente. Los Jazz enviaron a Dallas dos segundas rondas (1983 y 1984, Mark West y Anthony Teachey respectivamente) a cambio de este jugador.

Wiley Peck (Spurs): Un escolta de talento marginal que por alguna razón despertó el interés de unos Suns que dieron una segunda ronda de 1981 (Elston Turner) por él. Y luego lo cortaron sin llegar a debutar, lo que se llama una jugada maestra.

“Bingo” Smith (Clippers): “Bingo” fue un buen alero que tuvo magníficas temporadas en Cleveland en la década de los setenta. En 1980, sin embargo, era un veterano al borde de la jubilación que había terminado la temporada en los Clippers y que se retiró sin debutar en los Mavericks.

Raymond Townsend (Warriors): Un escolta antiguo primera ronda que no había cuajado en Golden State y que fue elegido para ver si podía demostrar lo que apuntara en UCLA. No fue el caso, y tras ser cortado apenas se lo volvió a ver en un breve cameo con los Pacers un par de años después.

Otros jugadores sí que llegaron a debutar con los Mavs, aunque su participación en el equipo fue tan breve como fugaz, que diría el diccionario de sinónimos:

Austin Carr (Cavaliers): El que fuera escolta estrella de los Cavs se encontraba ya al final de su carrera; apenas participó en media docena de partidos con pocos minutos antes de ser traspasado a los Bullets a cambio de un futuro mejor para los niños del mundo. O, al menos, eso cabe interpretar de la frase “future considerations”, ya que Washington no parece haber mandado ninguna elección de draft a Dallas a cambio de este jugador, que de todas formas se retiró al terminar la temporada.

Terry Duerod (Pistons): Este diminuto escolta con cuerpo de base mostró su potencial anotador en la docena larga de partidos que jugó en Dallas. A pesar de promediar casi dobles dígitos, sus numerosas carencias provocaron que fuera cortado; terminó su carrera como banquillero insignificante en Boston.

Joey Hassett (Pacers): Un caso similar al anterior, un escolta con números aceptables pero que ante el overbooking en su posición terminó cortado. Luego tuvo una carrera decentilla en Warriors.

Richard Washington (Bucks): Un ala pívot de 2.10 de cierto nivel que, junto con el siguiente, fueron traspasados a Cleveland a cambio de Bill Robinzine, una primera ronda para 1983 (Derek Harper) y una primera ronda para 1986 (Roy Tarpley). Apenas duró un par de temporadas más debido a las lesiones.

Jerome Whitehead (Jazz): Un pívot de 2.10 de cierto nivel que, junto con el anterior, fueron traspasados a Cleveland a cambio de Bill Robinzine, una primera ronda para 1983 (Derek Harper) y una primera ronda para 1986 (Roy Tarpley). Tuvo una carrera larga y digna en Golden State.

Finalmente llegamos a los jugadores que, procedentes del draft de expansión, llegaron a formar parte integrante de la plantilla al menos durante una parte sustancial de ésta su primera temporada en la liga:

Winford Boynes (Nets): Otro escolta bajito que añadir a la lista. Jugó media temporada en Dallas antes de ser cortado en Febrero y desaparecer de la vista.

Marty Byrnes (Lakers): Un alero decente que cumplió saliendo desde el banquillo pero que al terminar esta primera temporada no fue renovado al ir mejorando el nivel de la plantilla más de lo que él podía dar. Tuvo luego un breve paso por los Pacers.


Geoff Huston (Knicks): Este base elegido originalmente en 3ª ronda mostró buenas cualidades en pocos minutos en New York. Durante más de la mitad de la temporada fue claramente el mejor jugador de los Mavericks, hasta que en Febrero fue traspasado a Cleveland junto con una tercera ronda de 1983 (Larry Anderson) a cambio de Chad Kinch y una primera ronda de 1985 (Detlef Schrempf). En los Cavs tuvo una carrera sólida.


Abdul Jeelani (Blazers): Historia viva de los Mavs, al anotar los primeros cuatro puntos de la franquicia. Jeelani había entrado en la NBA después de su primer paso por Italia, y en Portland se convirtió junto con Billy Ray Bates en el “recurso de emergencia” de Jack Ramsay: cuando todo fallaba, los metía en el partido para encomendarse a su anarquía ofensiva y a su capacidad de cambiar el ritmo (sabiendo la obsesión del Dr Ramsay con la disciplina, eso dice mucho de su última etapa en los Blazers). Abdul Jeelani aportó puntos en la temporada inicial de los Mavs, pero sus limitaciones defensivas y su indisciplina táctica provocaron que fuera cortado al verano siguiente, para regocijo de los aficionados españoles e italianos.


Tom LaGarde (Sonics): Pívot de 2.10 titular en esta primera temporada, no aportó demasiados puntos pero sí rebotes. La mejora del equipo pronto lo convirtió en obsoleto.


Jim Spanarkel (Sixers): Otro escolta anotador que añadir a la lista, éste demostró cierto nivel y durante las dos temporadas iniciales fue importante en el equipo. Como la mayoría de los anteriores, conforme el equipo fue mejorando gracias al draft, él fue desapareciendo de las rotaciones y eventualmente de la liga.

Antecedentes

Quizás una de las características más curiosas de los Dallas Mavericks desde la perspectiva del aficionado español sea la escasa consciencia de su relativa juventud. Cuando la NBA llega a las televisiones españolas a mediados de los 80, y sobre todo desde 1987, los Dallas Mavericks son un equipo razonablemente potente de la Conferencia Oeste, y poco más. No hay manera de ser consciente de la juventud de la franquicia y del considerable mérito de con tan humildes comienzos verse en un séptimo partido contra los Lakers pocos años después.

La desaparición del baloncesto profesional en Dallas apenas fue contemplada por 134 espectadores, cuando los Chaparrals de la ABA se trasladaron a San Antonio para convertirse en los Spurs, allá por 1973. En 1979, el constructor Donald J. Carter encabezó una iniciativa para conseguir una franquicia de la NBA, y a cambio de apenas $12 minolles consiguieron ser admitidos para la temporada 1980-81.