La plantilla inicial 1987
PG Mark Price / Kevin Johnson
SG Ron Harper / Craig Ehlo
SF Phil Hubbard / Dell Curry
PF “Hot Rod” Williams / Tyrone Corbin
C Brad Daugherty / Mark West
Toalla: Chris Dudley, Johnny Rogers
Temporada 1987-1988
Balance: 42-40 (51%). Playoffs: 1ª Ronda (2-3)
Por fin Wilkens tenía una plantilla a su medida, compuesta de jóvenes hambrientos y de talento (Price, Johnson, Harper, Curry, Williams, Daugherty) respaldados por jornaleros sacrificados de los que lo dejan todo en la cancha (Ehlo, Corbin, West, Dudley), con Hubbard como líder veterano. Con los jóvenes más asentados en plantilla, y libres por fin de las distracciones constantes provocadas por Turpin, Lee o Bagley, los Cavs anduvieron toda la temporada firmemente enclaustrados en el 50% a pesar de figurar en la potentísima División Central (en la Atlántica, solamente los Celtics terminarían con mejor récord que los Pacers, el peor equipo de la Central).
Y el 25 de Febrero de 1988, la bomba: los Phoenix Suns habían sufrido la peor de sus crisis en 1987, cuando Walter Davis y ¿Grant? Gondrezick (nunca distingo a los hermanos Gondrezick; el que no estaba en Europa, vamos) declararon ante un gran jurado sobre el uso de cocaína en el equipo, implicando a jugadores como Jay Humphries, James Edwards o William Bedford (ex compañero de Lee en Memphis). La moral del equipo se hundió, jugadores fueron traspasados a izquierda y derecha, y para colmo Nick Vanos se mató en un accidente de avión. A estas alturas solamente quedaba en el equipo Walter Davis de los jugadores “manchados”, pero la franquicia aún intentaba desesperadamente reconstruirse desde cero. Ese 25 de Febrero los Phoenix Suns traspasaron a Larry Nance, Mike Sanders y su primera ronda de 1988 a los Cleveland Cavaliers a cambio de Kevin Johnson, Mark West, Tyrone Corbin, la primera ronda de 1988 y las segundas rondas de 1988 y 1989.
Éste es uno de esos cambios en los que ambos equipos salieron ganando. Los Suns perdieron a su mejor jugador de calle, pero consiguieron un base de enorme calidad y una rotación de hombres altos para mejorar su defensa y rebote, que daban pena. Los Cavs perdían a un Kevin Johnson que prometía llegar lejos, pero al que el florecimiento de Mark Price como titular hacía prescindible; a cambio, recibían a un “cuatro” de inmensa calidad que además aportaba rebote, intimidación y trabajo físico, una combinación que escaseaba en la plantilla. Además, también obtuvieron a Mike Sanders, un jugador poco brillante pero muy consistente, que hacía un poco de todo y que fundamentalmente ayudaría a cubrir el agujero de la plantilla en el puesto de “tres” (sólo el veterano Hubbard era un auténtico SF).
La plantilla quedó como sigue:
PG Mark Price / Craig Ehlo
SG Ron Harper / Dell Curry
SF Phil Hubbard / Mike Sanders
PF Larry Nance / “Hot Rod” Williams
C Brad Daugherty / Chris Dudley
Toalla: Johnny Rogers, Kevin “relleno” Henderson.
El equipo no perdió comba, y terminó la temporada ligeramente por encima del 50%. La dirección del equipo había mejorado, ya que aunque Mark Price no era un base distribuidor al uso, Harper ayudaba y Daugherty era seguramente el mejor hombre alto pasador de la liga. Con la mejora en la distribución llegó la mejora en el porcentaje de tiro, con la colaboración de un Dell Curry que efectivamente con la ayuda de Lenny Wilkens empezó a dar la medida de sus posibilidades. La explosividad de Ron Harper en el perímetro se veía equilibrada por el buen juego interior, donde Nance, Daugherty y Williams conformaban una de las mejores rotaciones de historia reciente. Magic Johnson los llamó “el equipo de los noventa”, y al entrar por fin en playoffs las esperanzas no tenían límite. Jugarían contra un equipo que no había pasado de primera ronda en siete años: los Chicago Bulls.
Los dos primeros partidos siguieron el guión establecido: los Bulls aplicaron la “Archangel Offense” (balón a Jordan y “¡sálvanos, Michael!”), Jordan anotó 50 y 55 puntos, los Bulls ganaron 104-93 y 106-101.
Los dos siguientes también siguieron el guión: en casa, Harper y Ehlo vieron cómo su trabajo de desgaste daba sus frutos; Jordan anotó 38 y 44 puntos, ninguno otro de los Bulls dio un paso adelante (Oakley se quejaría de que se mataba cazando rebotes y no tenían ni una jugada para que él anotara), y los Cavs ganaron 110-102 y 97-91.
Con Jordan tocado (espalda, rodilla derecha), los Cavs tenían una oportunidad. La defensa volvió a funcionar, Jordan se quedó en “apenas” 39 puntos y solamente pudo dominar el partido a rachas. Los Cavs llegaron a tener 18 puntos de ventaja a poco de empezar, y fueron por delante hasta el final del tercer partido. Desgraciadamente para ellos, les tocó experimentar de primera mano el despertar de una nueva estrella de la liga, un rookie que hasta entonces había alternado partidos correctos con otros desastrosos.
Por fin, Doug Collins decidió olvidarse del decepcionante Brad Sellers y dejarlo firmemente clavado en el banquillo. Le dio su debut como titular a un semidesconocido Scottie Pippen, y éste respondió con 24 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. Como hay quien pone un circo y le crecen los enanos, para colmo Dave “armario” Corzine decidió elegir este día para destaparse con un 7-de-12 en tiros de campo. Hay días que todo te sale mal; o bien, si eres de Chicago.
Los Bulls ganaron 107-101. “Esto no se ha terminado”, gruñeron los Cleveland Cavaliers. Y no se había terminado.
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