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Mis Fantasmas Favoritos

Draft 1991

Draft 1991:

1ª ronda nº 11 – Terrell Brandon
2ª ronda nº 12 – Jimmy Oliver



La consecuencia positiva de la desastrosa temporada anterior fue una posición en el draft bastante aceptable (aunque apenas superara la mitad de la tabla). Preocupados por la recuperación del nivel de juego de Price después de su lesión, los Cavs eligieron a un joven y prometedor base, Terrell Brandon, que pronto se revelaría como uno de los aciertos del draft. En la segunda ronda eligieron a un anotador excelso como Jimmy Oliver, cuya carrera NBA sería poco relevante pero que brilló en Europa hasta el extremo de ser incluido en la selección estadounidense del año del lockout, algo que sin duda no entraba en sus planes.

Un par de segundas rondas que en algún momento fueron de los Cavs no produjeron jugadores decisivos: Joe Wylie (a Clippers, del traspaso de Harper) y Zan Tabak (a Rockets, por Chievous).

Altas y Bajas

Con la plantilla supuestamente al completo más la llegada de Brandon, tocaba limpieza. Darnell Valentine, Milos Babic, “Chucky” Brown y John Morton salieron del equipo, mientras que se fichó como agente libre al escolta John Battle, procedente de los Hawks.



John Battle era un jugador de físico poderoso y buen tiro de media distancia al que los Hawks habían intentado reconvertir a base por su escasa estatura, pero sin mucho éxito. Se esperaba que completara la rotación exterior y aportara al menos parte del componente atlético que el equipo había necesitado desde la marcha de Ron Harper.

Plantilla Inicial:

PG Mark Price / Terrell Brandon
SG Craig Ehlo / John Battle
SF Danny Ferry / Henry James
PF Larry Nance / “Hot Rod” Williams
C Brad Daugherty
Toalla: Steve Kerr, Winston Bennett, Jimmy Oliver

En realidad, la rotación era la clásica: Brandon de base, Battle por fuera y Williams por dentro, con muchos minutos para el “triple poste”.

Temporada 1991-1992
Balance: 57-25 (70%). Playoffs: Final de Conferencia (9-8)


Cuando Gund, Embry o Wilkens desean rebatir la tesis de la trascendencia vital del traspaso de Harper para la franquicia, ésta es la temporada que usan. Pudimos ganarlo todo, dicen, con Daugherty, Price y Nance. No les falta razón.
Este año por fin las lesiones respetaron a los Cavs, y con la incorporación de un prometedor Terrell Brandon los resultados fueron casi inmejorables. A pesar de un arranque dubitativo (1-4), una racha de 11 victorias entre Diciembre y Enero pusieron al equipo en el buen camino para terminar con el segundo mejor récord de la liga... a pesar de la ominosa presencia en su misma división de su némesis, unos Chicago Bulls con el mejor récord de la liga.

Sin embargo, no todo era de color de rosa en Ohio: la debilidad en el puesto de “tres” seguía siendo endémica, y la negativa de Lenny Wilkens a darle más minutos y responsabilidad a un decepcionante Danny Ferry no sentaba bien a un Wayne Embry (por dos motivos: Embry creía sinceramente en Ferry, y además se veía dejado en evidencia después de traerlo en el traspaso y firmarle ese contratazo). Para intentar consolidar el puesto de alero se recuperó al veterano Mike Sanders, cortado por Indiana, y se fichó a un agente libre, un rookie cortado por Milwaukee sin llegar a debutar y que poco a poco y sin hacer ruido terminaría por hacerse un nombre en la liga en años posteriores: Bobby Phills.


Ahora estoy muerto. Recuérdalo.

Cerca ya del final de la temporada se produjo una circunstancia curiosa: Craig Ehlo se lesionó, perdiéndose los últimos partidos de temporada regular y, aunque volvió para playoffs, lo hizo muy limitado y jugando pocos minutos. Pues bien, en lugar de hacer lo lógico (reemplazarlo por el suplente, John Battle), Lenny Wilkens tomó la decisión de colocar de titular a un Steve Kerr que apenas había disputado minutos durante la temporada. Kerr tuvo un muy buen final de temporada, así que no solamente permaneció como titular en playoffs, sino que incluso alternó ambas posiciones en el backcourt como suplente de Mark Price, ya que Lenny Wilkens prefirió reducir el papel del novato Terrell Brandon debido a su inexperiencia.

En primera ronda, los Cavs se enfrentaron a los Nets de Drazen Petrovic, que volvían a playoffs después de una larga ausencia gracias a un brillante quinteto titular (Blaylock – Petrovic – Morris – Coleman – Bowie, más el novato Kenny Anderson desde el banquillo). Sin embargo, los Nets carecían tanto de suplentes aceptables como de una defensa sólida, ya que los tapones de Bowie y los robos de Blaylock eran tan impresionantes como engañosos, y solamente el pívot suplente ex-Cav Chris Dudley aportaba defensa. Aunque Steve Kerr no era el defensor adecuado para Petrovic, el conjunto de los Cavs era superior al de los Nets, y pasaron la eliminatoria con un cómodo 3-1.

La segunda ronda no iba a ser tan fácil, aunque quizás más histórica: se cruzaban con los Boston Celtics en la última temporada de la espalda de Larry Bird en la NBA. Por nombres, la plantilla de Boston era impresionante, liderada por los “Big Three”; en realidad, se encontraban lejos ya de sus mejores años, y tanto Bird como sobre todo McHale se habían perdido muchos partidos por problemas físicos. Esto había permitido descubrir la emergiente estrella del difunto Reggie Lewis, pero también había obligado a los Celtics a depender excesivamente de jugadores de talento mediano como Dee Brown, Kevin Gamble, Rick Fox, Joe Kleine o Ed Pinckney. Incluso el veteranísimo John Bagley estaba ahí, terminando la carrera que empezara en Cleveland. En la semifinal de conferencia, Reggie Lewis se dejó la piel en el pellejo, y Kevin McHale aún logró mostrar algunas chispas de la vieja magia; pero Robert Parish mostró su edad, y sobre todo Larry Bird apenas pudo jugar la mitad de los partidos de la eliminatoria, además de fallar una bandeja que pudo haber empatado el cuarto partido. Fue suficiente para llegar a un séptimo partido, pero no para superar a los Cleveland Cavaliers, que avanzaron a la final de Conferencia donde los esperaban sus viejos enemigos, los Chicago Bulls y Michael Jordan.

Una vez más los Cavs plantaron cara, y empataron la eliminatoria por dos veces. Aún estuvieron a punto de llegar a un séptimo partido, pero Jordan fue demasiado Jordan y los Bulls ganaron 99-94, y 4-2 en el global de la eliminatoria.

El balance final fue bastante positivo: se había vuelto a la senda ganadora, se habían alcanzado las finales de Conferencia y se había dado guerra a los Bulls. Solamente hacía falta alguien que frenara a Michael Jordan. Casi nada.

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