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Mis Fantasmas Favoritos

Original Celtics



Good evening everyone and welcome to the United States of America. And indeed we have congregated here at this time to celebrate a most treasured wealthspring of contemporary music. It is the sound which historians in the far future might catalog under twentieth century pre-light admitting diode euphoric, but today the sound lives, and tonight assembled exclusively for your entertainment pleasure, from the music capitals of this continent, this is the hard working all-star showband of Nat Holman and Joe Lapchick, ladies and gentlemen, these are the Original Celtics.



Cuenta la leyenda que el nombre “Original” Celtics se eligió para distinguirse de los numerosos imitadores que habían surgido cuando la gran guerra forzó la disolución del primer equipo de los Celtics. La verdad es un poco menos excitante, pero no os acostumbréis: esto no será la norma, y a partir de ahora caminamos por realidades más excitantes que cualquier leyenda.

Los Celtics surgieron inicialmente bajo el nombre de “New York Celtics” en 1914, y eran un equipo formado por adolescentes del West Side de Manhattan propiedad de Frank “Tip” McCormack. Este primer equipo tuvo una existencia fugaz, ya que poco después fue disuelto al entrar los EEUU en la Primera Guerra Mundial y decretar la movilización. Cuando terminó la guerra en 1918, el promotor deportivo Jim Furey (primo de McCormack) decidió intentar reconstruir el equipo y gestionarlo junto con su padre, Tom Furey. Aparentemente, la relación familiar no fue suficiente para que a McCormack no le molestara verse privado de un negocio que había iniciado, y amenazó con demandar a Jim Furey si usaba el nombre “New York Celtics”. Sin inmutarse, Furey cambió el nombre a “Original Celtics” y siguió adelante.

Furey creó el equipo alrededor de un pequeño núcleo de antiguos Celtics de preguerra, y fue añadiendo otros jugadores destacados de la ciudad de New York, buscando siempre tener el equipo más competitivo. La primera estrella fue “Dutch” Dennert, un forzudo pívot con sus impresionantes 1.85 de estatura, y junto con el alero John Beckman sumaron unas impresionantes 65 victorias frente a solamente 4 derrotas su primer año.

El equipo pronto se ganó un nombre en la ciudad y el estado de New York, y en 1921 se acordó un torneo entre los dos equipos punteros de la época: los Original Celtics y los New York Whirlwinds. Los Celtics perdieron el primer partido y ganaron el segundo, pero el definitivo tercer partido nunca llegó a jugarse. Hubo un misterioso problema de fechas, y mientras se intentaba encontrar pabellón Jim Furey ofreció contratos exclusivos a Nat Holman y Chris Leonard, las dos estrellas de los Whirlwinds. Dichos contratos estipulaban unas cantidades muy superiores a las que podían pagar los Whirlwinds, e incluso sus propios compañeros animaron a Holman y a Leonard a aprovechar esa oportunidad. Sin sus dos mejores jugadores, los Whirlwinds se disolvieron poco después sin llegar a terminar el torneo, y los Celtics quedaron como único gran equipo de New York, sobre todo gracias a Nat “Mr Basketball” Holman, el mago del balón.


Nat Holman

Así, el equipo vivió sus días de gloria, recorriendo el país sumando triunfo tras triunfo (su récord llegó a ser de 193 victorias, 11 empates y 1 derrota) a pesar de encontrarse con rivales de cada vez mayor entidad, como los Renaissance o los SPHAs, y de terminar en comisaría más de una vez por el delito de “quebrantar el descanso dominical” (no es broma). Durante la década de los 20, y a pesar de la encarnizada competencia de los Rens, los Original Celtics eran sin duda el mejor equipo de baloncesto. Jim Furey no se había dormido en los laureles, y había aumentado el nivel del equipo aún más con la llegada de un pívot aún mejor que Dennert, Joe Lapchick, y del anotador Dave “Pretzel” Banks, apodado “Flash” por su rapidez. Los duelos entre los Rens y los Celtics alcanzaron consideraciones legendarias, con miles de espectadores y golosas recaudaciones, y llevaron a una relación de auténtica amistad entre miembros de ambos equipos, fundamentalmente Lapchick con Bob Douglas (propietario de los Rens) y “Tarzán” Cooper.



Estos días llegaron a su fin con la creación de la American Basketball League en 1926. La ABL suele aparecer en el papel de villano, como la liga que hundió al barnstorming y manifestó su racismo, pero esto es seguramente injusto. Hasta su hundimiento con el crack del 29, fue la primera “gran” liga de baloncesto, con dinero de verdad gracias a magnates como George Marshall, Max Rosenbloom, George Halas o Joe Carr (comisionado de la liga de fútbol americano). También sirvió para universalizar unas cuantas reglas en el baloncesto, como la prohibición del bote a dos manos, la definición de unas dimensiones reglamentarias de la cancha, el saque de fondo tras canasta o el contrato anual exclusivo (algo que copiaron de los Original Celtics). Fue, sin duda, un paso adelante y el avance de lo que un día sería la NBA.

De momento, la ABL aspiraba a integrar a los principales equipos de barnstorming, que eran el principal aliciente del baloncesto. Los Sphas o los Visitations aceptaron incorporarse a la liga sin problemas, pero los Celtics se negaron. La razón alegada fue que podían ganar más dinero haciendo bolos, pero en realidad el motivo era que la liga se había negado a aceptar a los Rens por ser negros. Los Original Celtics, agrupados en torno a Joe Lapchick, comunicaron que solamente entrarían con los Rens. Desgraciadamente, no pudo ser. La ABL se negó a aceptar negros, y anunció duras sanciones a cualquiera de sus equipos que jugara contra los Celtics. Con sus principales rivales dentro de la ABL, los Celtics tuvieron muchas dificultades para hacer giras provechosas, y después de un año perdiendo dinero, tuvieron que aceptar su integración en la ABL.

Claro que nunca es buena idea agarrar a un tigre por la cola, como descubrió la ABL cuando los Original Celtics ganaron el campeonato sus dos primeras temporadas con una superioridad insultante. La liga reaccionó fulgurantemente: después de una serie de extrañas maniobras, en 1928 Jim Furey terminó en Sing-Sing, cumpliendo condena por malversación de fondos. Los hechos del caso no están excesivamente claros, ya que por un lado la honradez de Furey no estaba muy por encima de sospecha que digamos, y por otro la liga buscaba abiertamente librarse de él. Sin Furey, la ABL decretó la disolución de los Original Celtics y sus jugadores fueron distribuidos por los demás equipos; los Cleveland Rosemblums, que recibieron a cinco Celtics originales, se convirtieron en los nuevos campeones. De todas formas, la iniciativa fue un desastre: castigada por la crisis económica y privada de su gran reclamo, la ABL se disolvió en 1931 por quiebra. Aunque reapareció en 1933, fue solamente como liga regional de bajo presupuesto. Los Celtics eran libres de nuevo.

Desgraciadamente, los tiempos habían cambiado. Aunque se reorganizaron y aún dieron grandes noches al baloncesto, el equipo había perdido potencial mientras que sus rivales lo habían ganado, y ya nadie podía discutir que los Rens estaban un peldaño por encima de los Original Celtics. Aún peor, este breve revival no podía disimular que los días del barnstorming tocaban a su fin y empezaba la era de las ligas. Los Original Celtics se disolvieron definitivamente, pero su camiseta aún cuelga del Hall of Fame de Springfield, donde fueron aceptados como equipo en 1959.

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