Draft 1984
1ª ronda nº 4: Sam Perkins.
1ª ronda nº 15: Terence Stansbury.
2ª ronda nº 14: Charlie Sitton.
2ª ronda nº 16: Anthony Teachey.
2ª ronda nº 17: Tom Sluby.
Considerando el elevado número de elecciones de las que disponían los Mavericks en el legendario draft de 1984, hay que admitir que el resultado fue un poco decepcionante. Además de sus elecciones orgánicas de primera y segunda ronda (Stansbury y Sitton), Dallas disponía de una primera ronda de lotería procedente del traspaso de Mike Bratz a Cleveland allá por la primera temporada (quiero recordaros una vez más que los Cavs traspasaron las elecciones de Sam Perkins y James Worthy a cambio de Mike Bratz, Chad Kinch y un acabado Don Ford; siento repetirme tanto, pero es que no me entra en la cabeza), más una segunda ronda de Utah por Billy McKinney (Teachey) y otra de Nets por el traspaso de Kelvin Ransey (Sluby).
La principal elección de este año para los Mavs fue Sam Perkins, alapívot que venía de hacer un papel estelar en la universidad y en los juegos olímpicos de Los Angeles. Su llegada sirvió para reforzar al fin el endeble juego interior de los Mavs con un jugador de calidad, pero es justo reconocer aquí y ahora que aunque su rendimiento fue bueno, no llegó a convertirse en la estrella que esperaba; fue un jugador frío aunque efectivo, que poco a poco fue limitando su juego para terminar de triplista estático en los Sonics. En Dallas ofreció posiblemente su mejor cara, pero no llegó a superar el nivel de segundo espada cuando se esperaba, quizás de forma poco realista, más de él.
Aún más decepcionante fue el resultado de su otra primera ronda, un Terence Stansbury que venía de ser un escolta espectacular en Temple y que no llegó a debutar con Dallas. Fue prácticamente regalado a Indiana junto con Bill Garnett a cambio de una primera ronda protegida para 1990 (Travis Mays); es decir, regalaron a Stansbury a cambio de que cargaran con “paquete” Garnett. Posteriormente, Stansbury tuvo una carrera mediocre en la NBA, de la que no hay nada que destacar...
... y que continuó por Europa, sobre todo en el Levalloise donde alcanzó estatus de estrella. Tras pasar por Israel o el AEK se retiró para pasar a los banquillos, primero en Finlandia y actualmente en Luxemburgo (supongo que quiere empezar desde abajo, que es desde donde empezaba sus acrobáticos mates). Su hija tiene perspectivas de entrar en la WNBA, creo.
Las segundas rondas aportaron entre poco y nada. Anthony Teachey era un pívot delgado y fibroso que no llegó a debutar en NBA y jugó en Italia (y fue cortado en el Caja de Ronda), Charlie Sitton fue una de las estrellas de high school que no llegó a nada ni en NCAA ni en NBA (y ahora es dueño de un hotel), y Tom Sluby fue otro escolta anotador que tuvo un paso fugaz por el baloncesto. Ambos duraron solamente sus temporadas rookies, e incluso en éstas apenas saltaron a la cancha. De rondas inferiores solamente cabe destacar el magnífico nombre de su décima elección: Napoleon Johnson. Sin complejos.
Altas y Bajas
Como ya se ha mencionado, el último miembro del draft de expansión de 1980, Jim Spanarkel, se retiró este verano. También se ha hablado en el punto anterior del traspaso de Terence Stansbury y Bill Garnett a los Pacers a cambio de una primera ronda condicional. Como todos los años, el fondo del banquillo fue limpiado para dejar hueco a las segundas rondas de este año; Mark West y Roger Phegley fueron cortados.
Aparte del traspaso con Indiana, la principal actividad del verano de Dallas se produjo en el área de los agentes libres; sus propios agentes libres, en realidad. Elston Turner terminaba contrato y firmó como agente libre con los Denver Nuggets, que enviaron a Dallas al escolta Howard Carter a cambio de que los Mavericks no ejercieran el derecho de tanteo. No fue una mala maniobra por parte de la gerencia de Dallas, que daba luz verde a la salida de un jugador marginal a cambio de “Hi-C” Carter, que en LSU había sido la auténtica estrella del estado por delante de un Joe Dumars y que había sido drafteado en primera ronda. De todas formas, Carter demostró en Dallas lo mismo que había demostrado en Denver, es decir, que no era jugador para NBA, y fue cortado antes de Navidades.
Pero eso no fue más que una nota al pie de la auténtica noticia del verano para los Mavericks: los New York Knicks se descolgaron con una desorbitada oferta al agente libre Pat Cummings, dos millones de dólares por cuatro temporadas (más opción a una quinta). Hoy en día eso puede parecer calderilla, pero en 1984 no era muy diferente de lo que posteriormente serían los casos de Jon Koncak o Jim McIlvaine. Los Mavs renunciaron a igualar la oferta (!) a cambio de una segunda ronda para 1986 (Mark Price) y una tercera ronda para 1985 (Leonard Allen), y así Cummings se marchó a los Knicks, donde empezó muy bien pero una grave lesión en el pie puso fin a cualquier posibilidad que hubiera podido tener de justificar su contratazo. En NBA o ACB, supongo.
Para cubrir su marcha, los Mavericks enviaron una segunda ronda para 1986 (Rafael Addison) a los Chicago Bulls a cambio del ínclito Wallace Bryant, y renovaron a Kurt Nimphius por tres años. A veces me pregunto por qué todos los pívots de los Mavericks terminaron en España, y a veces me respondo que es porque eran unos impresionantes cachos de carne sin nivel para la NBA.
La Plantilla
PG Brad Davis / Derek Harper
SG Rolando Blackman / Dale Ellis
SF Mark Aguirre
PF Jay Vincent / Sam Perkins
C Wallace Bryant / Kurt Nimphius
Toalla: Charlie Sitton, Tom Sluby.
Ligero Estancamiento: 1984-85
Balance: 44-38 (53%). Playoffs: 1ª Ronda.
La temporada 84-85 empezó con grandes expectativas, pero los resultados (sin ser ni mucho menos malos) no estuvieron tan a la altura.
Este año se volvió al esquema clásico, con un ligero descenso en los promedios de Aguirre y Blackman ya que Vincent volvió a sus números. Pese a ello, las estrellas indiscutibles seguían siendo Mark Aguirre y Rolando Blackman, lo que limitaba a Dale Ellis a menos minutos de lo que su calidad merecía. Brad Davis seguía de titular, pero ya compartiendo minutos casi al 50% con un Derek Harper en claro ascenso. Por dentro seguía el llanto y crujir de dientes a pesar de la llegada de Sam Perkins. El rookie Perkins alternó titularidad en el puesto de “cuatro” con Jay Vincent, pero a menudo hubo de ocupar el centro debido al bajo rendimiento de los pívots de la plantilla: empezaron con Kurt Nimphius de titular para terminar la temporada con un Wallace Bryant que al menos presentaba un físico más impresionante (pero cuya buena trayectoria universitaria no tuvo ni por asomo continuación en profesionales). Al final terminaron estableciendo una rotación con Perkins y Bryant de titulares, con Vincent jugando muchos minutos desde el banquillo y Nimphius para cubrir la necesidad puntual un de mayor físico en el juego interior, ya que Wallace Bryant efectivamente salía de inicio pero al estilo de un Iavaroni pronto se dirigía de cabeza al banquillo para no volver a salir.
De todas formas, el año no fue malo: el progreso fue mínimo, sólo una victoria más, pero Harper estaba en claro ascenso y cabía esperar que después de un año rookie meramente correcto, Perkins llegara a convertirse en la referencia interior soñada. En cualquier caso, el equipo anduvo toda la temporada ligeramente por encima del 50%, y así llegó a playoff contra los Portland Trail Blazers.
Los Blazers eran un equipo sorprendentemente parecido a los Mavericks: jugaban un baloncesto claramente basado en el ataque, con una defensa por así decir más bien basada en la visual. La base del equipo era la anotación desde las alas, en este caso encarnada por Jim Paxson (algún día habría que hablar de la evolución de la consideración de cuál era el “Paxson bueno” y cuál el “Paxson malo”), Kiki Vandeweghe y el rookie Clyde Drexler. En el puesto de base tenían muchas esperanzas en el rapidísimo Darnell Valentine (esperanzas que no llegarían a dar fruto), mientras que su suplente, el exótico Steve Colter, apenas pasaba de aceptable por lo que Paxson se comía muchos minutos de “uno”. Sin embargo, la gran ventaja de los Blazers estaba en el juego interior. Aunque su flamante nº 2 del draft, Sam Bowie, había completado una temporada rookie solamente correcta (muy similar a la de Perkins, en realidad), Mychal Thompson y su rodilla pronto saldrían del equipo, y Kenny Carr ya venía de recogida, juntos los tres formaban una rotación interior muy superior a la de Dallas. Y eso sin contar a Audie Norris, que completaba el cuarteto de “grandes pívots con rodillas de cristal” que eran el tema de Portland de este año.
Con todo, se lo suponía un rival asequible al que en temporada regular se había superado 4-1. Además, Dallas tenía el factor cancha a favor. El resultado no pudo ser más decepcionante: en el primer partido de la serie, jugado en la Reunion Arena, los Blazers tomaron ventajas de hasta 15 puntos en la primera parte, gracias sobre todo a la puntería de Kiki Vandeweghe y Jim Paxson. En la segunda parte, los Mavericks lograron reducir distancias al buscar constantemente a Mark Aguirre, Sam Perkins y Jay Vincent cerca del aro para aprovechar la debilidad defensiva de Portland. Pero incluso para ello necesitaron de la baja de un Jim Paxson que estaba siendo el mejor de su equipo (8/9 en tiros de campo, 19 puntos) cuando al cortar bajo canasta durante el último cuarto chocó violentamente con su compañero Kenny Carr, una especie de muro de carga que en ese momento pivotaba hacia canasta para el rebote; ambos jugadores tenían su mirada puesta en el tiro de Drexler y como consecuencia se pegaron un tremendo cascotazo del que ambos salieron con sendas brechas en la cabeza. El peor parado fue Paxson, que hubo de abandonar la cancha en camilla.
El final de partido vino marcado por el marcaje doble al que Portland sometió a Mark Aguirre; aprovechando el espacio que dejaban en la zona, Rolando Blackman anotó dos bandejas acrobáticas para compensar un mate y una media vuelta en suspensión de Mychal Thompson que mandaron el partido a la prórroga. Ésta siguió por los mismos derroteros, con Darnell Valentine y Kiki Vandeweghe anotando para los Blazers y Blackman y Sam Perkins aprovechando el sobremarcaje de Portland sobre Aguirre. Así se llegó a una segunda prórroga, en la que los fallos de Thompson condenaron a los Portland Trail Blazers frente a un Rolando Blackman que terminó con 43 puntos (Aguirre, Perkins y Vincent acabaron con más de veinte).
No era buena señal que Dallas hubiera necesitado de dos prórrogas, la lesión de Paxson y un partidazo de Blackman para derrotar a los Blazers en casa. El segundo partido siguió derroteros muy similares, con los dos equipos muy igualados hasta llegar a la prórroga. De nuevo Rolando Blackman pasó de los 40 puntos, apoyado por Aguirre (20), Vincent (19) y Perkins (14 puntos y 19 rebotes). Sin embargo, esta vez Portland no solamente contó con la anotación de Vandeweghe, Paxson, Drexler y Mychal Thompson, sino que gracias a su dominio apabullante del rebote (Bowie se fue a los 20 rebotes, y Audie Norris salió del banquillo para capturar 10) se llevaron la victoria 124-121 para empatar la eliminatoria.
Los dos partidos en Portland tuvieron menos historia. Los Blazers ganaron cómodamente el tercero, 122-109 (Aguirre y Blackman se fueron a los 30 puntos cada uno, pero de nuevo el rebote fue decisivo), y finalizaron la serie con un 115-113 en el que los Mavericks lograron por fin compensar el rebote pero se vieron lastrados por un mal partido de Rolando Blackman que dejó demasiado solo a Mark Aguirre.
La temporada de Dallas había terminado dejando un regusto amargo en los aficionados y la franquicia, que después de tan prometedores comienzos se vieron fuera de playoffs en primera ronda y superados claramente por un rival muy inferior a los Lakers del año anterior.
1ª ronda nº 15: Terence Stansbury.
2ª ronda nº 14: Charlie Sitton.
2ª ronda nº 16: Anthony Teachey.
2ª ronda nº 17: Tom Sluby.
Considerando el elevado número de elecciones de las que disponían los Mavericks en el legendario draft de 1984, hay que admitir que el resultado fue un poco decepcionante. Además de sus elecciones orgánicas de primera y segunda ronda (Stansbury y Sitton), Dallas disponía de una primera ronda de lotería procedente del traspaso de Mike Bratz a Cleveland allá por la primera temporada (quiero recordaros una vez más que los Cavs traspasaron las elecciones de Sam Perkins y James Worthy a cambio de Mike Bratz, Chad Kinch y un acabado Don Ford; siento repetirme tanto, pero es que no me entra en la cabeza), más una segunda ronda de Utah por Billy McKinney (Teachey) y otra de Nets por el traspaso de Kelvin Ransey (Sluby).
La principal elección de este año para los Mavs fue Sam Perkins, alapívot que venía de hacer un papel estelar en la universidad y en los juegos olímpicos de Los Angeles. Su llegada sirvió para reforzar al fin el endeble juego interior de los Mavs con un jugador de calidad, pero es justo reconocer aquí y ahora que aunque su rendimiento fue bueno, no llegó a convertirse en la estrella que esperaba; fue un jugador frío aunque efectivo, que poco a poco fue limitando su juego para terminar de triplista estático en los Sonics. En Dallas ofreció posiblemente su mejor cara, pero no llegó a superar el nivel de segundo espada cuando se esperaba, quizás de forma poco realista, más de él.
Aún más decepcionante fue el resultado de su otra primera ronda, un Terence Stansbury que venía de ser un escolta espectacular en Temple y que no llegó a debutar con Dallas. Fue prácticamente regalado a Indiana junto con Bill Garnett a cambio de una primera ronda protegida para 1990 (Travis Mays); es decir, regalaron a Stansbury a cambio de que cargaran con “paquete” Garnett. Posteriormente, Stansbury tuvo una carrera mediocre en la NBA, de la que no hay nada que destacar...
... y que continuó por Europa, sobre todo en el Levalloise donde alcanzó estatus de estrella. Tras pasar por Israel o el AEK se retiró para pasar a los banquillos, primero en Finlandia y actualmente en Luxemburgo (supongo que quiere empezar desde abajo, que es desde donde empezaba sus acrobáticos mates). Su hija tiene perspectivas de entrar en la WNBA, creo.
Las segundas rondas aportaron entre poco y nada. Anthony Teachey era un pívot delgado y fibroso que no llegó a debutar en NBA y jugó en Italia (y fue cortado en el Caja de Ronda), Charlie Sitton fue una de las estrellas de high school que no llegó a nada ni en NCAA ni en NBA (y ahora es dueño de un hotel), y Tom Sluby fue otro escolta anotador que tuvo un paso fugaz por el baloncesto. Ambos duraron solamente sus temporadas rookies, e incluso en éstas apenas saltaron a la cancha. De rondas inferiores solamente cabe destacar el magnífico nombre de su décima elección: Napoleon Johnson. Sin complejos.
Altas y Bajas
Como ya se ha mencionado, el último miembro del draft de expansión de 1980, Jim Spanarkel, se retiró este verano. También se ha hablado en el punto anterior del traspaso de Terence Stansbury y Bill Garnett a los Pacers a cambio de una primera ronda condicional. Como todos los años, el fondo del banquillo fue limpiado para dejar hueco a las segundas rondas de este año; Mark West y Roger Phegley fueron cortados.
Aparte del traspaso con Indiana, la principal actividad del verano de Dallas se produjo en el área de los agentes libres; sus propios agentes libres, en realidad. Elston Turner terminaba contrato y firmó como agente libre con los Denver Nuggets, que enviaron a Dallas al escolta Howard Carter a cambio de que los Mavericks no ejercieran el derecho de tanteo. No fue una mala maniobra por parte de la gerencia de Dallas, que daba luz verde a la salida de un jugador marginal a cambio de “Hi-C” Carter, que en LSU había sido la auténtica estrella del estado por delante de un Joe Dumars y que había sido drafteado en primera ronda. De todas formas, Carter demostró en Dallas lo mismo que había demostrado en Denver, es decir, que no era jugador para NBA, y fue cortado antes de Navidades.
Pero eso no fue más que una nota al pie de la auténtica noticia del verano para los Mavericks: los New York Knicks se descolgaron con una desorbitada oferta al agente libre Pat Cummings, dos millones de dólares por cuatro temporadas (más opción a una quinta). Hoy en día eso puede parecer calderilla, pero en 1984 no era muy diferente de lo que posteriormente serían los casos de Jon Koncak o Jim McIlvaine. Los Mavs renunciaron a igualar la oferta (!) a cambio de una segunda ronda para 1986 (Mark Price) y una tercera ronda para 1985 (Leonard Allen), y así Cummings se marchó a los Knicks, donde empezó muy bien pero una grave lesión en el pie puso fin a cualquier posibilidad que hubiera podido tener de justificar su contratazo. En NBA o ACB, supongo.
Para cubrir su marcha, los Mavericks enviaron una segunda ronda para 1986 (Rafael Addison) a los Chicago Bulls a cambio del ínclito Wallace Bryant, y renovaron a Kurt Nimphius por tres años. A veces me pregunto por qué todos los pívots de los Mavericks terminaron en España, y a veces me respondo que es porque eran unos impresionantes cachos de carne sin nivel para la NBA.
La Plantilla
PG Brad Davis / Derek Harper
SG Rolando Blackman / Dale Ellis
SF Mark Aguirre
PF Jay Vincent / Sam Perkins
C Wallace Bryant / Kurt Nimphius
Toalla: Charlie Sitton, Tom Sluby.
Ligero Estancamiento: 1984-85
Balance: 44-38 (53%). Playoffs: 1ª Ronda.
La temporada 84-85 empezó con grandes expectativas, pero los resultados (sin ser ni mucho menos malos) no estuvieron tan a la altura.
Este año se volvió al esquema clásico, con un ligero descenso en los promedios de Aguirre y Blackman ya que Vincent volvió a sus números. Pese a ello, las estrellas indiscutibles seguían siendo Mark Aguirre y Rolando Blackman, lo que limitaba a Dale Ellis a menos minutos de lo que su calidad merecía. Brad Davis seguía de titular, pero ya compartiendo minutos casi al 50% con un Derek Harper en claro ascenso. Por dentro seguía el llanto y crujir de dientes a pesar de la llegada de Sam Perkins. El rookie Perkins alternó titularidad en el puesto de “cuatro” con Jay Vincent, pero a menudo hubo de ocupar el centro debido al bajo rendimiento de los pívots de la plantilla: empezaron con Kurt Nimphius de titular para terminar la temporada con un Wallace Bryant que al menos presentaba un físico más impresionante (pero cuya buena trayectoria universitaria no tuvo ni por asomo continuación en profesionales). Al final terminaron estableciendo una rotación con Perkins y Bryant de titulares, con Vincent jugando muchos minutos desde el banquillo y Nimphius para cubrir la necesidad puntual un de mayor físico en el juego interior, ya que Wallace Bryant efectivamente salía de inicio pero al estilo de un Iavaroni pronto se dirigía de cabeza al banquillo para no volver a salir.
De todas formas, el año no fue malo: el progreso fue mínimo, sólo una victoria más, pero Harper estaba en claro ascenso y cabía esperar que después de un año rookie meramente correcto, Perkins llegara a convertirse en la referencia interior soñada. En cualquier caso, el equipo anduvo toda la temporada ligeramente por encima del 50%, y así llegó a playoff contra los Portland Trail Blazers.
Los Blazers eran un equipo sorprendentemente parecido a los Mavericks: jugaban un baloncesto claramente basado en el ataque, con una defensa por así decir más bien basada en la visual. La base del equipo era la anotación desde las alas, en este caso encarnada por Jim Paxson (algún día habría que hablar de la evolución de la consideración de cuál era el “Paxson bueno” y cuál el “Paxson malo”), Kiki Vandeweghe y el rookie Clyde Drexler. En el puesto de base tenían muchas esperanzas en el rapidísimo Darnell Valentine (esperanzas que no llegarían a dar fruto), mientras que su suplente, el exótico Steve Colter, apenas pasaba de aceptable por lo que Paxson se comía muchos minutos de “uno”. Sin embargo, la gran ventaja de los Blazers estaba en el juego interior. Aunque su flamante nº 2 del draft, Sam Bowie, había completado una temporada rookie solamente correcta (muy similar a la de Perkins, en realidad), Mychal Thompson y su rodilla pronto saldrían del equipo, y Kenny Carr ya venía de recogida, juntos los tres formaban una rotación interior muy superior a la de Dallas. Y eso sin contar a Audie Norris, que completaba el cuarteto de “grandes pívots con rodillas de cristal” que eran el tema de Portland de este año.
Con todo, se lo suponía un rival asequible al que en temporada regular se había superado 4-1. Además, Dallas tenía el factor cancha a favor. El resultado no pudo ser más decepcionante: en el primer partido de la serie, jugado en la Reunion Arena, los Blazers tomaron ventajas de hasta 15 puntos en la primera parte, gracias sobre todo a la puntería de Kiki Vandeweghe y Jim Paxson. En la segunda parte, los Mavericks lograron reducir distancias al buscar constantemente a Mark Aguirre, Sam Perkins y Jay Vincent cerca del aro para aprovechar la debilidad defensiva de Portland. Pero incluso para ello necesitaron de la baja de un Jim Paxson que estaba siendo el mejor de su equipo (8/9 en tiros de campo, 19 puntos) cuando al cortar bajo canasta durante el último cuarto chocó violentamente con su compañero Kenny Carr, una especie de muro de carga que en ese momento pivotaba hacia canasta para el rebote; ambos jugadores tenían su mirada puesta en el tiro de Drexler y como consecuencia se pegaron un tremendo cascotazo del que ambos salieron con sendas brechas en la cabeza. El peor parado fue Paxson, que hubo de abandonar la cancha en camilla.
El final de partido vino marcado por el marcaje doble al que Portland sometió a Mark Aguirre; aprovechando el espacio que dejaban en la zona, Rolando Blackman anotó dos bandejas acrobáticas para compensar un mate y una media vuelta en suspensión de Mychal Thompson que mandaron el partido a la prórroga. Ésta siguió por los mismos derroteros, con Darnell Valentine y Kiki Vandeweghe anotando para los Blazers y Blackman y Sam Perkins aprovechando el sobremarcaje de Portland sobre Aguirre. Así se llegó a una segunda prórroga, en la que los fallos de Thompson condenaron a los Portland Trail Blazers frente a un Rolando Blackman que terminó con 43 puntos (Aguirre, Perkins y Vincent acabaron con más de veinte).
No era buena señal que Dallas hubiera necesitado de dos prórrogas, la lesión de Paxson y un partidazo de Blackman para derrotar a los Blazers en casa. El segundo partido siguió derroteros muy similares, con los dos equipos muy igualados hasta llegar a la prórroga. De nuevo Rolando Blackman pasó de los 40 puntos, apoyado por Aguirre (20), Vincent (19) y Perkins (14 puntos y 19 rebotes). Sin embargo, esta vez Portland no solamente contó con la anotación de Vandeweghe, Paxson, Drexler y Mychal Thompson, sino que gracias a su dominio apabullante del rebote (Bowie se fue a los 20 rebotes, y Audie Norris salió del banquillo para capturar 10) se llevaron la victoria 124-121 para empatar la eliminatoria.
Los dos partidos en Portland tuvieron menos historia. Los Blazers ganaron cómodamente el tercero, 122-109 (Aguirre y Blackman se fueron a los 30 puntos cada uno, pero de nuevo el rebote fue decisivo), y finalizaron la serie con un 115-113 en el que los Mavericks lograron por fin compensar el rebote pero se vieron lastrados por un mal partido de Rolando Blackman que dejó demasiado solo a Mark Aguirre.
La temporada de Dallas había terminado dejando un regusto amargo en los aficionados y la franquicia, que después de tan prometedores comienzos se vieron fuera de playoffs en primera ronda y superados claramente por un rival muy inferior a los Lakers del año anterior.
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