Draft 1985
1ª Ronda Nº 13: Karl Malone.
2ª Ronda Nº 13: Carey “Dog” Scurry.
Por segundo año consecutivo, los Utah Jazz lograron un robo del draft que definiría el futuro de la franquicia. Mientras otros elegían a grandes jugadores como Ed Pinckney, Keith Lee o Kenny Green (y eso por limitarnos a las tres elecciones inmediatamente anteriores, y no hacer sangre con los Benoit Benjamin, Joe Kleine o Jon Koncak), y los Mavericks le daban a Malone el disgusto de su vida al incumplir su palabra y optar en su lugar por Detlef Schrempf, los Jazz eligieron al jugador ideal para cubrir sus carencias de anotación interior y rebote.
Por lo demás, Utah seleccionó en segunda ronda al alero “Dog” Scurry, un atleta físico de primera magnitud pero sin pulir, y en cuarta ronda al base Delaney Rudd, que eventualmente pasaría por el equipo aunque no esta misma temporada.
Altas y Bajas:
Aparte de la llegada de Karl Malone, el resto de movimientos de la franquicia fueron apenas retoques intrascendentes como la retirada de Billy Paultz y la sustitución de Kelley y Anderson por Pace Mannion y Steve Hayes en el fondo del banquillo. Con una notable excepción: Darrell Griffith.
Aunque sin llegar a los extremos de Dantley, Griffith se había mostrado molesto con el largo contrato que había firmado como novato y que le pagaba lo que él consideraba menos de lo que merecía. Por consiguiente, a finales de la temporada anterior anunció que no renovaría por los Jazz sino que entraría en el mercado de agentes libres, cosa que efectivamente hizo este verano. El resultado fue, por decirlo suave, menos estimulante de lo esperado: apenas recibió ofertas, y las que le llegaron estaban muy por debajo de la cifra que él y su agente tenían en mente. Decidido a esperar lo que hiciera falta, Darrell Griffith se mantenía en forma jugando partidos amistosos en Louisville cuando se rompió el dedo de un pie. Lo que inicialmente iban a ser un par de semanas de baja se fue alargando hasta entrado el año 1986, y si estando sano había recibido pocas ofertas pues saliendo de una lesión no hubo ninguna. La temporada siguiente Darrell Griffith tuvo que volver a Utah con el rabo entre las piernas (relativamente, que firmó un contrato bastante bueno), pero de momento los Jazz se quedaban sin sus veinte puntos por partido.
La respuesta tiene que ser “no”.
Durante la temporada, el único traspaso de Layden fue enviar al veterano Jeff Wilkins a retirarse en los Spurs a cambio de Marc Iavaroni (y Jeff Cook, que tomó la plaza de Mannion en el fondo del banquillo). Iavaroni había sido (falso) titular en los Sixers campeones, pero un enfrentamiento entre el propietario y el entrenador había culminado con su traspaso a San Antonio para obligar a Matt Guokas a poner al rookie Charles Barkley de titular. Ya tenemos todas las piezas, ¿eh?
La Plantilla:
PG: Rickey Green / John Stockton
SG: Bobby Hansen
SF: Adrian Dantley / Carey Scurry
PF: Karl Malone / Thurl Bailey
C: Mark Eaton / Marc Iavaroni
Toalla: Fred Roberts, Steve Hayes, Jeff Cook.
La marcha de Darrell Griffith catapultó a Bob Hansen a la titularidad, además de provocar la situación irónica de que de golpe Utah tenía overbooking en las plazas interiores mientras que les faltaba un escolta para la rotación.
Hayes y Cook, antes Nissalke; ¿de dónde esta obsesión con los bigotes?
Temporada 1985-86: El Malone Ése.
42 – 40 (51%). Playoffs: 1ª Ronda.
Adrian Dantley seguía siendo el máximo anotador del equipo (y casi de la liga), y Rickey Green seguía siendo titular, pero esta temporada se produjo el cambio en la estructura de los Jazz, provocada por el efecto combinado de la ausencia de Darrell Griffith y la llegada de Karl Malone. Hansen no podía aportar los puntos de Griffith, pero de eso se encargaría Malone; en cambio, Hansen aportaba una defensa de perímetro y un manejo de balón que Griffith no tenía. Con la anotación de Dantley, Malone y Bailey, y la defensa de Hansen, Malone y Mark Eaton, los Utah Jazz se habían convertido en un equipo equilibrado con un variado arsenal de recursos a su disposición, en lugar de la banda de cañoneros sin conciencia que habían sido hasta la fecha.
Otras historias, sin embargo, permanecían inalteradas. Los enfrentamientos entre Adrian Dantley y Frank Layden se repetían a intervalos regulares, pero ya no era sólo eso lo que preocupaba a la franquicia: la estrecha amistad entre Dantley y el joven Karl Malone era vista con sospecha en la gerencia del equipo. Con razón o sin ella, se tenía la idea de que la actitud de exigencia y confrontación permanente del alero estrella de la franquicia había tenido una influencia decisiva en la malhadada decisión de Darrell Griffith de no renovar por el equipo, y se temían los efectos que pudiera tener en la nueva y joven estrella de la franquicia, el rookie Karl Malone, si a éste le daba por seguir el camino de su mentor. Un incidente cerca del final de la temporada regular sembró el terror en los responsables del equipo: al final de un ajustado partido en Phoenix, Karl Malone falló tres de cuatro tiros libres que estuvieron a punto de costarles la derrota (Malone estuvo por debajo del 50% en tiros libres su año rookie), y cuando Frank Layden le largó una de sus filípicas desde el banquillo, el jugador se encaró con él y le dijo que no era “un perro ni una mula” y que lo tratara “como a un ser humano”. Los Jazz terminaron ganando el partido, pero la discusión siguió en el vestuario cuando Adrian Dantley defendió acaloradamente a su compañero y protegido frente al entrenador. El enfrentamiento terminó en una sanción para Dantley, que fue suspendido por un partido; además, Frank Layden multó a Karl Malone con dos céntimos (“for getting in his two cents’ worth”, una expresión que se refiere a opinar pero incluye un toque despectivo), y a Adrian Dantley con $3 en monedas de diez centavos (o sea, “treinta monedas de plata”, por traidor). La suerte de Dantley estaba ya echada.
No sólo la suya, como resultó: Adrian Dantley sufrió una lesión de espalda justo al final de la temporada, que le llevó a perderse el último partido de la fase regular (y con ello el título de máximo anotador, ya que Dominique Wilkins, Alex English y él llegaban a ese último partido prácticamente empatados en uno de los finales más ajustados de la historia), y la primera ronda de playoffs. Que es como decir “todos los playoffs”, ya que sin su anotador estrella los Utah Jazz fueron cómodamente eliminados 3-1 por los Dallas Mavericks (el propio Frank Layden admitió cuando iban 2-0, “si Dallas no gana, se merecerían que los mandaran a la Division III”).
Una vez más, la decepción en los playoffs no empañaba el hecho de que poco a poco el equipo iba progresando y aspirando a metas más altas. Metas que tendría que alcanzar sin un Adrian Dantley que había jugado su último partido en los Utah Jazz: Larry H. Miller adquirió el otro 50% del club para convertirse en único propietario, y su primera decisión fue traspasar a Adrian Dantley.
2ª Ronda Nº 13: Carey “Dog” Scurry.
Por segundo año consecutivo, los Utah Jazz lograron un robo del draft que definiría el futuro de la franquicia. Mientras otros elegían a grandes jugadores como Ed Pinckney, Keith Lee o Kenny Green (y eso por limitarnos a las tres elecciones inmediatamente anteriores, y no hacer sangre con los Benoit Benjamin, Joe Kleine o Jon Koncak), y los Mavericks le daban a Malone el disgusto de su vida al incumplir su palabra y optar en su lugar por Detlef Schrempf, los Jazz eligieron al jugador ideal para cubrir sus carencias de anotación interior y rebote.
Por lo demás, Utah seleccionó en segunda ronda al alero “Dog” Scurry, un atleta físico de primera magnitud pero sin pulir, y en cuarta ronda al base Delaney Rudd, que eventualmente pasaría por el equipo aunque no esta misma temporada.
Altas y Bajas:
Aparte de la llegada de Karl Malone, el resto de movimientos de la franquicia fueron apenas retoques intrascendentes como la retirada de Billy Paultz y la sustitución de Kelley y Anderson por Pace Mannion y Steve Hayes en el fondo del banquillo. Con una notable excepción: Darrell Griffith.
Aunque sin llegar a los extremos de Dantley, Griffith se había mostrado molesto con el largo contrato que había firmado como novato y que le pagaba lo que él consideraba menos de lo que merecía. Por consiguiente, a finales de la temporada anterior anunció que no renovaría por los Jazz sino que entraría en el mercado de agentes libres, cosa que efectivamente hizo este verano. El resultado fue, por decirlo suave, menos estimulante de lo esperado: apenas recibió ofertas, y las que le llegaron estaban muy por debajo de la cifra que él y su agente tenían en mente. Decidido a esperar lo que hiciera falta, Darrell Griffith se mantenía en forma jugando partidos amistosos en Louisville cuando se rompió el dedo de un pie. Lo que inicialmente iban a ser un par de semanas de baja se fue alargando hasta entrado el año 1986, y si estando sano había recibido pocas ofertas pues saliendo de una lesión no hubo ninguna. La temporada siguiente Darrell Griffith tuvo que volver a Utah con el rabo entre las piernas (relativamente, que firmó un contrato bastante bueno), pero de momento los Jazz se quedaban sin sus veinte puntos por partido.
La respuesta tiene que ser “no”.
Durante la temporada, el único traspaso de Layden fue enviar al veterano Jeff Wilkins a retirarse en los Spurs a cambio de Marc Iavaroni (y Jeff Cook, que tomó la plaza de Mannion en el fondo del banquillo). Iavaroni había sido (falso) titular en los Sixers campeones, pero un enfrentamiento entre el propietario y el entrenador había culminado con su traspaso a San Antonio para obligar a Matt Guokas a poner al rookie Charles Barkley de titular. Ya tenemos todas las piezas, ¿eh?
La Plantilla:
PG: Rickey Green / John Stockton
SG: Bobby Hansen
SF: Adrian Dantley / Carey Scurry
PF: Karl Malone / Thurl Bailey
C: Mark Eaton / Marc Iavaroni
Toalla: Fred Roberts, Steve Hayes, Jeff Cook.
La marcha de Darrell Griffith catapultó a Bob Hansen a la titularidad, además de provocar la situación irónica de que de golpe Utah tenía overbooking en las plazas interiores mientras que les faltaba un escolta para la rotación.
Hayes y Cook, antes Nissalke; ¿de dónde esta obsesión con los bigotes?
Temporada 1985-86: El Malone Ése.
42 – 40 (51%). Playoffs: 1ª Ronda.
Adrian Dantley seguía siendo el máximo anotador del equipo (y casi de la liga), y Rickey Green seguía siendo titular, pero esta temporada se produjo el cambio en la estructura de los Jazz, provocada por el efecto combinado de la ausencia de Darrell Griffith y la llegada de Karl Malone. Hansen no podía aportar los puntos de Griffith, pero de eso se encargaría Malone; en cambio, Hansen aportaba una defensa de perímetro y un manejo de balón que Griffith no tenía. Con la anotación de Dantley, Malone y Bailey, y la defensa de Hansen, Malone y Mark Eaton, los Utah Jazz se habían convertido en un equipo equilibrado con un variado arsenal de recursos a su disposición, en lugar de la banda de cañoneros sin conciencia que habían sido hasta la fecha.
Otras historias, sin embargo, permanecían inalteradas. Los enfrentamientos entre Adrian Dantley y Frank Layden se repetían a intervalos regulares, pero ya no era sólo eso lo que preocupaba a la franquicia: la estrecha amistad entre Dantley y el joven Karl Malone era vista con sospecha en la gerencia del equipo. Con razón o sin ella, se tenía la idea de que la actitud de exigencia y confrontación permanente del alero estrella de la franquicia había tenido una influencia decisiva en la malhadada decisión de Darrell Griffith de no renovar por el equipo, y se temían los efectos que pudiera tener en la nueva y joven estrella de la franquicia, el rookie Karl Malone, si a éste le daba por seguir el camino de su mentor. Un incidente cerca del final de la temporada regular sembró el terror en los responsables del equipo: al final de un ajustado partido en Phoenix, Karl Malone falló tres de cuatro tiros libres que estuvieron a punto de costarles la derrota (Malone estuvo por debajo del 50% en tiros libres su año rookie), y cuando Frank Layden le largó una de sus filípicas desde el banquillo, el jugador se encaró con él y le dijo que no era “un perro ni una mula” y que lo tratara “como a un ser humano”. Los Jazz terminaron ganando el partido, pero la discusión siguió en el vestuario cuando Adrian Dantley defendió acaloradamente a su compañero y protegido frente al entrenador. El enfrentamiento terminó en una sanción para Dantley, que fue suspendido por un partido; además, Frank Layden multó a Karl Malone con dos céntimos (“for getting in his two cents’ worth”, una expresión que se refiere a opinar pero incluye un toque despectivo), y a Adrian Dantley con $3 en monedas de diez centavos (o sea, “treinta monedas de plata”, por traidor). La suerte de Dantley estaba ya echada.
No sólo la suya, como resultó: Adrian Dantley sufrió una lesión de espalda justo al final de la temporada, que le llevó a perderse el último partido de la fase regular (y con ello el título de máximo anotador, ya que Dominique Wilkins, Alex English y él llegaban a ese último partido prácticamente empatados en uno de los finales más ajustados de la historia), y la primera ronda de playoffs. Que es como decir “todos los playoffs”, ya que sin su anotador estrella los Utah Jazz fueron cómodamente eliminados 3-1 por los Dallas Mavericks (el propio Frank Layden admitió cuando iban 2-0, “si Dallas no gana, se merecerían que los mandaran a la Division III”).
Una vez más, la decepción en los playoffs no empañaba el hecho de que poco a poco el equipo iba progresando y aspirando a metas más altas. Metas que tendría que alcanzar sin un Adrian Dantley que había jugado su último partido en los Utah Jazz: Larry H. Miller adquirió el otro 50% del club para convertirse en único propietario, y su primera decisión fue traspasar a Adrian Dantley.
quote:“¿Que si he adelgazado? Me he quitado 95 kilos de encima [el peso oficial de Dantley].”
(Frank Layden)
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