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Mis Fantasmas Favoritos

1987-1988

Draft 1987:

1ª Ronda nº 15: José “Piculín” Ortiz.
5ª Ronda nº 15: Bart Kofoed.

Curiosamente, el rookie de esta temporada no fue “Piculín”, que jugaría un año en algún equipillo ya desaparecido de una liga sin repercusión antes de incorporarse a la franquicia, sino el alero Bart Kofoed, que ocupó el último puesto del banquillo durante un par de temporadas.


Kofoed, en uno de sus raros momentos de pie.

Altas y Bajas:

Este verano, el principal intercambio de los Utah Jazz consistió en enviar a Cleveland a Dell Curry (que no había demostrado nada) y a Kent Benson (que lo había demostrado todo) a cambio nada menos que de Mel Turpin y Darryl Dawkins. Este extraño traspaso, que huele claramente a desesperación, fue otro rotundo fracaso: Dawkins estaba ya acabado, Turpin era un pufo quizás aún mayor que Benson, y Curry terminaría convirtiéndose en un muy buen escolta anotador.



Eso sí, como ya dije creo que todos hubiéramos pagado un buen puñado de dólares por asistir como espectadores a un entrenamiento de los Jazz dirigido por Frank Layden con Dawkins y Turpin. Claro que nos hubiéramos tenido que dar prisa, porque apenas empezada la temporada Utah se deshizo del “Chocolate Thunder”, enviándolo a Detroit a cambio de dos segundas rondas y dinero. Ya me imagino la alegría de Layden, flamante nuevo vicepresidente de la franquicia (¿qué cargo le faltaba por acumular?): “¿quieres decir que se llevan a Dawkins, y además nos dan dinero?”.

El único cambio durante la temporada fue la incorporación de nuestro viejo conocido Scott Roth en sustitución de “Dog” Scurry. Scurry fue cortado después de otro de esos feos incidentes que parecían intrínsecos a los Jazz: antes de un partido en Houston contra los Rockets, él y Mel Turpin se enzarzaron en una pelea a puñetazos delante del hotel. Frank Layden estaba ya harto, y esta vez los jugadores involucrados ni siquiera eran buenos: Carey Scurry fue despedido a las pocas semanas, y a Turpin lo cortaron al terminar el año.


Ahora estoy metiíto en manteca.

PG: John Stockton / Rickey Green
SG: Bobby Hansen / Darrell Griffith
SF: Marc Iavaroni / Kelly Tripucka
PF: Karl Malone / Thurl Bailey
C: Mark Eaton / Mel Turpin
Toalla: Bart Kofoed, Scott Roth.

Por fin. John Stockton asumió la titularidad y el peso de los minutos por delante de un Rickey Green ya muy veterano, y Marc Iavaroni completó el que sería quinteto más o menos legendario de estos Jazz por delante de un Tripucka que cada vez perdía más peso en la rotación. De hecho, su participación en los playoffs fue puramente testimonial, 9 minutos en 2 partidos (¡menos que Scott Roth!), y su salida del equipo al final de la temporada se daba por segura.

Temporada 1987-88: Los Lakers.
47-35 (57%). Playoffs: 2ª Ronda.


Sin lugar a dudas, este año se vieron a los mejores Jazz de Frank Layden. Con el quinteto Stockton – Hansen – Iavaroni – Malone – Eaton, más Bailey y Griffith jugando muchos minutos desde el banquillo, Utah se convirtió en un equipo correoso donde su debilidad reboteadora y en el tiro era compensada ampliamente por la dirección de Stockton, la anotación de Malone y una de las mejores defensas del campeonato. Además del recurso ya clásico de dirigir a los rivales hacia Eaton, los Jazz combinaban una férrea voluntad de atravesar los bloqueos con buenas rotaciones defensivas, y con la concesión al rival de pases aparentemente sencillos pero que frecuentemente terminaban con el receptor atrapado entre la línea de fondo y la inmensa humanidad de Mark Eaton. Para redondear el efecto, Eaton inauguró la tendencia (muy de moda actualmente entre los pívots nacionales) de dejarse barba para meter más miedo, mientras que Thurl Bailey intentó adaptarse a su nuevo puesto como “alero” enfundándose unas gafas en la esperanza de verse poseído por el espíritu de James Worthy.


Nótese el nº 7 en la camiseta, en memoria de “Pistol” Maravich.

Los Jazz fueron en la temporada de menos a más, con un comienzo mediocre y un récord alrededor del 50% casi todo el año hasta que un arreón desde Marzo hasta el final de la fase regular los puso definitivamente por encima gracias sobre todo a un Stockton espectacular en las asistencias y a un Karl Malone imparable. Curiosamente, este despegue final coincidió con la baja de Darrell Griffith, lesionado para el resto de la temporada (y sustituido en plantilla por el oscuro Eddie Hughes). La rotación, que como comentaba se había reducido a apenas siete jugadores, quedó en seis: Stockton, Hansen, Bailey, Malone y Eaton jugaban todos los minutos del mundo, más un Iavaroni que seguía saliendo de titular y dejando su lugar a Thurl Bailey a los pocos minutos, y que solamente volvía a la pista en el caso de problemas de faltas. Si ocurría una catástrofe y necesitaban un suplente exterior, recurrían a Bart Kofoed – así de mal estaban las cosas.

Todos los pronósticos tenían a los Portland Trail Blazers como favoritos en primera ronda de playoffs, y más aún después de su cómoda victoria en el primer partido. Sin embargo, los Utah Jazz reaccionaron vigorosamente y, tras empatar la eliminatoria y arrebatarles el factor cancha en el segundo partido, ganaron los dos siguientes en Salt Lake City para eliminar a los Blazers y plantarse ante Los Angeles Lakers en segunda ronda.

Algo parecido sucedió en segunda ronda: si pocos apostaban por ellos antes, prácticamente nadie esperaba que los Lakers perdieran más de un partido en la eliminatoria cuando además ganaron el primer enfrentamiento en el Forum por 20 puntos de diferencia. Se hablaba abiertamente de sentar a “Magic” y Worthy para que se recuperaran antes de la final de Conferencia.

La sorpresa del segundo partido fue mayúscula: los Utah Jazz ganaron y empataron la eliminatoria gracias a su defensa y a un John Stockton que pasó por encima de “Magic” Johnson como una apisonadora. De repente, había una eliminatoria, y el base de los Jazz se convirtió de la noche a la mañana en el jugador de moda (increíblemente, su liderato en la clasificación de asistencias había pasado casi inadvertido para el gran público). Utah ganó también el tercero para cobrar ventaja, pero los Lakers evitaron mayores apuros ganando el cuarto para empatar la ronda y recuperar el factor cancha. Como suele suceder, la serie se decidió en el quinto partido. Como detalle pintoresco, fue el penoso salto inicial de este partido el que llevó a Frank Layden a presentar a la liga una propuesta para que los árbitros ensayaran cómo lanzar el balón correctamente.

El partido comenzó muy igualado, con un Karl Malone imparable jamándose con patatas a todo un futuro titular del All Star, pero con poca colaboración de sus compañeros, lo que obligó a Stockton a colaborar en la faceta anotadora ante unos Lakers que hacían gala de recursos ofensivos más variados y de un James Worthy espectacular. Esta igualdad se rompió al final del primer cuarto, con la salida de un motivadísimo Mychal Thompson que fue capaz de frenar un poco a Malone y de aportar 10 puntos y 9 rebotes en apenas 11 minutos de la primera parte para poner a Lakers con una ventaja que rozaba los dobles dígitos. La reacción de Utah vino de su defensa, como no podía ser de otra forma.

La defensa de Utah se basaba en la decisión numantina de cerrarse alrededor de su zona, provocando airadas protestas de Pat Riley cuando a los Lakers les pitaron los árbitros tres defensas ilegales casi consecutivas mientras consentían la zona mal disimulada de los Jazz. Aunque Byron Scott fuera el máximo anotador de Lakers, consentirle el tiro exterior a él y a “Magic” (Michael Cooper estaba teniendo una temporada aciaga en el tiro, bordeando el ridículo en playoffs) suponía un riesgo menor que abrir la zona a las penetraciones del equipo angelino. Los Lakers, además, facilitaban el juego de su rival al empeñarse en seguir repitiendo el mismo esquema una y otra vez a pesar de estrellarse cada vez contra la defensa visitante: constantemente metían balones a Kareem, pero éste no podía tirar cómodamente por encima de Eaton y en cuanto intentaba superarlo en el dribbling llegaba el “dos contra uno”. Además, los robos de balón de John Stockton y, en menor medida, Bob Hansen volvían locos a los locales: Utah concedía pases aparentemente claros, pero en realidad sus exteriores estaban atentos a las líneas de pase y a pesar de su apariencia poco atlética, Stockton era un defensor velocísimo que llegaba a muchos balonces que parecían fuera de su alcance. Para compensar su debilidad en el rebote, todo el equipo de Utah se cerraba tras tiro rival; los Lakers podrían quizás capturar el rebote ofensivo, pero cualquier hombre alto al que se le ocurriera bajar el balón, no lo volvería a subir si Stockton andaba cerca. La situación llegó a tal extremo que hasta el normalmente inexpresivo James Worthy perdió los nervios después de cometer una personal en ataque contra Eaton y hubo de ser sustituido.

Los Utah Jazz tomaron ligeras ventajas en el marcador, pero la tercera personal de Mark Eaton justo antes del intermedio mostró las carencias subyacentes al esquema de los Jazz: con un atribulado Marc Iavaroni ocupando el centro de la defensa, Byron Scott dividió con suficiencia la zona de Utah para anotar dos estruendosos mates casi consecutivos y empatar el partido al descanso, 59-59.

El tercer cuarto pareció comenzar con la misma igualdad, con Scott y Bailey intercambiando canastas, pero apareció por fin un “Magic” Johnson que había estado eclipsado por Stockton durante buena parte de la eliminatoria. Capturando rebotes, anotando bandejas y sobre todo lanzando veloces contraataques culminados por Scott y Worthy, “Magic” tomó el control del encuentro y metió a los Lakers en el último cuarto una vez más rozando la mágica ventaja de los 10 puntos. Sin embargo, los Jazz se negaron a darse por vencidos y volvieron a atrincherarse en defensa, a negar el contraataque y a forzar a los Lakers a jugar a media cancha. Una vez más, Los Angeles recurrió a los pases interiores a un Kareem desacertado, facilitándole la vida a unos Jazz que gracias a las canastas de Karl Malone y Thurl Bailey volvieron a igualar la contienda mientras Thompson mantenía una vez más a los Lakers en el partido. Pero a falta de seis minutos para el final, la estrategia de los locales obtuvo su fruto y Mark Eaton fue eliminado por personales y tuvo que volver Iavaroni a la cancha. Los Lakers se las prometían muy felices, recordando el desplome de la defensa visitante en una situación similar en el segundo cuarto, pero esta vez el resultado fue muy diferente: viendo la victoria cerca, los Lakers perdieron la calma y se lanzaron a una serie de ataques apresurados, intentando resolver el partido por la vía rápida. Karl Malone taponó un tiro de Kareem, y luego Stockton robó el balón en una penetración de “Magic”. Tras un intercambio de tiros libres, los Utah Jazz entraron en el último minuto por delante, 107 – 106.

A falta de 41 segundos, los Lakers recurrieron a su seguro de vida en finales apretados, y James Worthy anotó en semigancho desde la zona para recuperar la delantera en el marcador. A continuación, Bob Hansen congeló el balón en el perímetro para casi agotar la posesión, avanzó botando hacia la zona del tiro libre y le pasó el balón a Thurl Bailey, quien anotó una de sus típicas canastas desde la línea de fondo. 109-108 Utah, 13 segundos en el reloj. Timeout – Lakers!



Arrrre youuuu rrrrready? Michael Cooper saca desde medio campo. “Magic” recibe en el lateral y avanza botando hacia una zona donde se apiñan todos los jugadores de los Jazz. Cuando la defensa se cierra sobre él, “Magic” dobla el balón a Michael Cooper solo en el tiro libre y...




¡Coop! ¡Coop! ¡Coop! ¡Michael Cooper anota su única canasta en el partido a falta de siete segundos! ¡Lakers por delante 110-109 y Frank Layden se picotea angustiosamente las hombreras pidiendo tiempo muerto!

Marc Iavaroni saca desde medio campo. La idea es que John Stockton salga de los bloqueos (en la zona angelina se ha montado la clásica scrimmage line de estos casos) y reciba en la cabeza de la zona, pero no logra zafarse de la defensa lo bastante rápido. Presionado por los cinco segundos, Iavaroni intenta el pase largo a Thurl Bailey, cerca de la zona donde metió su última canasta hace apenas un mundo...



... y James Worthy se anticipa y roba el balón. Bailey comete falta inmediatamente sobre él, y Worthy sólo anota uno de los tiros libres. Es suficiente: Stockton se estrella con el “dos contra uno” y no logra siquiera intentar el triple antes de que suene la bocina. Victoria de Lakers 111-109, y la serie estaba a todos los efectos prácticamente sentenciada.


El rostro de la desolación. En primer plano, Griffith vestido de calle.

Los Utah Jazz no se dieron aún por muertos y apalizaron a los Lakers 108-80 en el sexto partido, pero un séptimo partido en el Forum contra Los Angeles fue demasiado para ellos y terminaron cediendo.

Los Utah Jazz se habían ganado las espuelas.

quote:
“Stockton is a man desperately in need of a nickname. Nobody this good should be running around being called just plain John.”
(S. Ostler, L.A. Times)

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