Blogia
Mis Fantasmas Favoritos

Tormenta en el granero

El comienzo

Es más que sabido que el Dr Naismith inventó el baloncesto para un grupo de 18 alumnos de un curso de secretariado ejecutivo en 1891, y que el juego fue un éxito instantáneo que se extendió por centros juveniles y deportivos, fundamentalmente la red de la YMCA.

Sin embargo, es menos conocido que conforme aumentó su popularidad, disminuyó su aprecio por parte de esos mismos centros: el baloncesto era un deporte de contacto y muy físico, lo que frecuentemente degeneraba en peleas, y la asistencia de público y su propia naturaleza (el "point spread") favorecieron la inmediata aparición de apostadores profesionales y demás gentuza de baja ralea.

[El "point spread" es la diferencia entre dos equipos según el corredor de apuestas, medida en puntos; así, si un equipo tiene un '+10' respecto a otro equipo y gana solamente de ocho puntos, se cuenta como victoria del equipo inferior. Eso facilita sobornar a los jugadores del equipo grande sin que éstos sientan reparos por dejarse perder: solamente tienen que ganar el partido por una diferencia menor. ¿Quién puede asegurar que ha sido soborno y no una inesperada resistencia por parte del otro equipo?]

En fin, que el ambiente de este baloncesto aún naciente se empezó a enturbiar, y los centros escolares y canchas de la YMCA pasaron de promover activamente el deporte a no autorizarlo directamente. Los aficionados se quedaron sin canchas donde jugar, si no era alquilando una pista. Pero alquilar una pista costaba dinero, y el dinero no les sobraba a los jóvenes de finales del siglo XIX.

La solución se hizo obvia: los buenos partidos de aficionados ya tenían un cierto seguimiento entre algunos jóvenes de la zona, y nada más fácil que cobrarles una pequeña cantidad nominal por asistir y con ello sufragar el alquiler de la pista. El dinero sobrante se dividía entre los capitanes de los dos equipos, que a su vez lo repartían entre los jugadores cada cual a su manera. Ya eran profesionales.

Hubo partidos "profesionales" (en los que se cobraba al público y se pagaba a los jugadores, por pequeña que fuera la cantidad) desde 1896, y ligas locales profesionales desde 1898. Todo un hito para un deporte tan joven.

De hecho, la integración racial (incompleta, desde luego) fue también temprana: en 1902 el equipo de Lowell debía enfrentarse a sus archirivales de Marlboro en la New England Basketball League, pero varios de sus jugadores estaban lesionados u ocupados en otras labores. El entrenador-propietario se había negado repetidas veces a contratar a un negro, pero la presión local para que trajera a un prometedor chico del pueblo, Harry "Bucky" Lew, acabó siendo excesiva, y lo convocó para el partido. El entrenador dejó a Bucky en el banquillo como sexto hombre, y le avisó de que se iba a ganar sus cinco dólares sin saltar a la cancha (no existían eliminados en esta época), pero una lesión tempranera de uno de los titulares trastocó sus planes. El entrenador aún intentó jugar cuatro contra cinco con tal de no sacar al negro, pero ante los abucheos del público tuvo que ceder. Lew hizo un muy buen partido, se asentó como titular y terminó teniendo una carrera de 20 años en el circuito profesional.

En los primeros años del siglo XX se produjeron los grandes avances que configuraron el baloncesto que hoy conocemos: tableros tras los aros, reglamentación del bote y autorización del tiro, eliminación por faltas, malla abierta en las canastas, líneas de pista, sustitución del salto central por saque de fondo tras anotación, etc.

Durante estos años surgieron y desaparecieron innumerables ligas locales y regionales de diferente entidad, así como ligas femeninas y "de color" (color negro, generalmente), en las que competían equipos de clubes atléticos, asociaciones deportivas y similares. A partir de 1910 surgieron los equipos de "segunda generación" y empezó a establecerse un circuito de equipos que se enfrentaban entre sí en cualquier localidad con una cancha mínimamente aceptable (por ejemplo, un granero).

El más famoso de esos primeros equipos itinerantes se llamó New York Celtics, y fue el primero en alcanzar cierta fama. Fama fugaz, ya que la Primera Guerra Mundial vino a interrumpir todo esto (con excepción de algunas competiciones de equipos negros, como los Monticello Rifles); el baloncesto profesional entró en hiato de 1914 a 1918, para volver con más fuerza en la década de los veinte.


Bucky Lew

Tras la desaparición de su equipo (y esa liga), creó su propio equipo de "barnstorming", llamado "Bucky Lew's Traveling Five", con el que anduvo dando vueltas como quince años.

Hubo otros jugadores negros en equipos blancos, los más famosos Frank "Dittola" Wilson (1907) en los Fort Plain (New York) de la Mohawk Valley League, y Hank Williams (1935), pívot en los Buffalo Bisons de la Midwest Basketball Conference. En cualquier caso, fueron muy pocos. Y algo que la NBA oculta celosamente es que antes de la fusión con la NBL (en la que hubo jugadores negros), la BAA era una liga exclusivamente blanca.

Es decir, originalmente la creación de la NBA fue un paso atrás en la integración.

El término "barnstorming", que correspondería a "bolos", está documentado por primera vez en 1815, referido a las representaciones teatrales en áreas rurales del estado de New York. Tenían lugar en graneros acondicionados a tal efecto, llamados "barn theatres" en el argot, y solía tratarse de comedias gruesas o dramones vulgares adaptados al público rural. La interpretación solía ser acorde a la obra, y durante el siglo XIX se denominó "barnstormer" al actor de gestos ampulosos y exagerados. Poco a poco se fue extendiendo a otro tipo de espectáculos que recorrían las áreas rurales aprovechando la general carencia de entretenimiento, como circos, predicadores etc. En 1896 se empieza a aplicar a las giras de candidatos políticos pidiendo el voto, y en 1928 a los espectáculos de circos aéreos y acrobacias voladoras.

En general, tiene la connotación de ir a desplumar a los paletos. Décadas después, cuando Red Auerbach jugaba docenas de amistosos de pretemporada para juntar algún dinero con los Celtics (usando trucos tales como contratar a un novato, jugar un amistoso en su pueblo natal y cortarlo al día siguiente), los jugadores de esa época recuerdan claramente la imagen del equipo saliendo del pueblo a toda prisa en plena noche camino del siguiente partido, y a Red sentado detrás del conductor del autobús fumando un puro y diciendo: "Well, we just blew another town."

La época dorada del barnstorming en baloncesto fueron los años 20 y 30, aunque los Globetrotters siguieron fuertes hasta los sesenta y tanto la NBA (años 40-50) como la ABA (años 60) recurrieron al barnstorming durante los años duros de sus principios. Sin ser estrictamente barnstorming, los primeros equipos de la NBA solían jugar sus partidos en varios estadios locales diferentes con una idea similar, y el concepto de franquicia con sede en más de una ciudad (esas Tri-Cities delirantes) se basaba en un concepto no muy diferente.

Como vimos antes, el concepto de barnstorming baloncestístico surge en la segunda década del siglo XX, cuando equipos amateurs locales alcanzan cierta fama y empiezan a recorrer el estado enfrentándose a rivales atraídos por la posibilidad de derrotarlos. Algunos de estos equipos alcanzaron gran renombre, como los Buffalo Germans (el primer 'gran' equipo del baloncesto), los ya mencionados New York Celtics o los Troy Trojans con un invento increíble: el pase picado.

Sin embargo, fue después de la Primera Guerra Mundial cuando el baloncesto profesional realmente despegó en los Estados Unidos. En 1918, James Furey decidió volver a reunir a su antiguo equipo, los Celtics, y volver al circuito profesional. Formado por jugadores del lado oeste de Nueva York, el viejo-nuevo equipo se llamó "The Original Celtics" para intentar tirar de su fama de preguerra, y aportó un concepto revolucionario que cambiaría el baloncesto para siempre: el contrato. Los jugadores de los Celtics estaban bajo contrato en vez de cobrar por partido, y de esta forma pudieron crear un núcleo estable. Hasta entonces, los jugadores cambiaban de equipo casi cada partido, según quién les pagara más. Eso sí, lo de estabilidad es relativa: en esta época, la plantilla de un club profesional la componían tantos jugadores como pudieran caber en el sempiterno Ford-T que utilizaban para los desplazamientos. Si cabían seis pues seis, si siete pues siete. Algunos colaban hasta nueve, hay que ver lo que empuja la gente por pillar unos billetes.

Los equipos surgieron como champiñones, normalmente con una composición digamos sectorial: los Brooklyn Visitations eran irlandeses, los Philadelphia Sphas eran judíos, los Renaissance eran negros y los Silent Separates eran... sordos.

Frecuentemente, estos equipos empezaban en ligas metropolitanas o regionales. Estas ligas solían tener muy poca estabilidad y una existencia breve y turbulenta, con lo que cualquier equipo que mostrara cierto nivel evolucionaba naturalmente a independiente. Entonces empezaban a realizar giras por la zona, a veces llegando hasta otros estados, y se enfrentaban a equipos de aficionados locales o contra otros equipos profesionales en gira.

Poco a poco hubo una serie de nombres que empezaron a calar en los aficionados, equipos cuyo nivel era claramente superior al de la mayoría de sus rivales y que sumaban victorias consecutivas por docenes hasta enfrentarse a otro de los "supergrupos". Los enfrentamientos entre los Celtics y los Rens (con el permiso de los Sphas) eran legendarios, y eventualmente se convirtieron en una relación de amistad entre varios de sus integrantes. Surgió una especie de "título de campeón del mundo" no oficial que no se otorgaba sino que se asumía que había sido merecido por un equipo u otro según su rendimiento ese año.

En 1925 George Preston Marshall fundó la American Basketball League, la primera liga nacional de baloncesto profesional. Contaba con algunos buenos equipos, como los Visitations (posteriormente llamados New York Jewels) y los Sphas, pero la liga consideró que no tenían nada que hacer si el mejor equipo del mundo, los Celtics, no se integraban (la liga estaba segregada y por tanto los Rens ni se mencionaron). Cuando los Celtics se negaron inicialmente, la liga respondió prohibiendo que cualquiera de sus integrantes jugara ningún partido contra los Celtics. Sin rivales, los Celtics no podían seguir haciendo giras, y aceptaron entrar en la liga en 1926. Inmediatamente ganaron dos campeonatos consecutivos sin apenas competencia, y la liga temió convertirse en un monólogo de los neoyorkinos. La solución fue tan absurda como efectiva: el equipo fue disuelto y los jugadores forzados a dispersarse entre varios clubes.

Este primer intento de forjar una liga de entre los equipos independientes fracasó en 1931, como consecuencia tanto de haber disuelto su mayor reclamo (los Celtics) como de la crisis económica de la Gran Depresión. Dos años después la ABL reapareció, pero convertida en una liga regional de medio pelo que solamente compartía el nombre con su ambicioso comienzo.

La Gran Depresión arruinó las posibilidades de una liga estable y forzó la vuelta del barnstorming itinerante. Los Celtics se volvieron a reunir, pero no lograron recuperar su preeminencia y se vieron obligados a aceptar un segundo lugar tras los Rens. Los Globetrotters, por su parte, empezaron a superar a los demás en ingresos desde que descubrieron su particular fórmula de éxito.

Mientras los Rens sumaban victorias, poco a poco la recuperación económica fue propiciando un nuevo intento de crear una estructura más o menos oficial del baloncesto profesional. En 1937, tres grandes empresas (Firestone, Goodyear y General Electric) decidieron financiar la creación de una liga profesional de baloncesto, teóricamente nacional pero en la práctica basada en el Midwest. Esta liga sería lo bastante sólida como para sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial, inspirar la creación de la Basketball Asociation of América y, finalmente, dar pie a la NBA mediante la fusión de la BAA y la NBL.

Aparte de los persistentes Trotters, el último esplendor del baloncesto independiente vino con el denominado "World Professional Basketball Tournament", un torneo profesional que duró de 1939 a 1948 y que pretendía zanjar el tema del mejor equipo del mundo. Con el apoyo del Chicago Herald-American de Randolph Hearst, a este torneo se invitaba a los mejores equipos del país y el ganador era considerado universalmente como el mejor equipo del año. Los independientes aún presentaron su última batalla, ganando tres de las primeras cinco ediciones (Rens, Trotters y Bears), pero las últimas cinco victorias consecutivas de equipos de la NBL señalaron el final de la era dorada del baloncesto independiente.

El 11 de Abril de 1948 los Minneapolis Lakers de George Mikan derrotaron a los New York Rens de "Sweetwater" Clifton por 75 a 71. Era el fin de una época.

Mañana, grandes equipos y sus graneros: Rens, Sphas, Celtics y Trotters.

Los Buffalo Germans



El primer gran equipo de la historia del baloncesto tuvo su germen en la delegación alemana de la YMCA local situada en el East Side de Buffalo (New York) en 1895, cuando un pequeño grupo de seis jovencísimos chavales de ascendencia (y lengua) alemana empezaron a jugar al baloncesto y descubrieron que eran buenos. Muy buenos. Empezaron a jugar juntos regularmente y a enfrentarse a otros equipos, ya bajo la poco imaginativa denominación de "Buffalo Germans", y fueron alcanzando una fama primero local y más tarde estatal e incluso nacional.

Esta fama se asentó definitivamente cuando se alzaron con el campeonato de baloncesto de los Juegos Panamericanos de 1901, celebrados en la propia ciudad de Buffalo durante la Exposición Panamericana. Cuentan que jugaron la primera parte del primer partido con solamente tres jugadores disponibles, y terminaron 1-1. Al descanso llegaron los demás y el partido terminó con victoria de los Germans por 10-1. En esta competición participaron ocho equipos, todos procedentes de EEUU, y los Buffalo Germans terminaron campeones imbatidos con un marcador global de 81 puntos anotados por apenas 27 encajados. Este triunfo es especialmente destacable considerando que la edad media de la plantilla era de unos tiernos 18 años.



Esto provocó una auténtica fiebre por el baloncesto entre la delegación alemana de la YMCA en Buffalo, que quedó saturada de solicitudes a pesar de inaugurar una nueva sede (la Buffalo Central YMCA, una de las más grandes del mundo) en 1903. En 1905 decidieron que el enfoque exclusivamente germano de la asociación era perjudicialmente sectario, y cambiaron el nombre a "departamento Genesse" y el idioma de trabajo al inglés. Desgraciadamente, en este proceso se produjeron una serie de malentendidos y confusiones que culminaron con la separación de la YMCA y los Buffalo Germas, que trasladaron su base de operaciones al Orioles Hall, justamente al otro lado de la calle.

Esto fue tanto más desafortunado por cuanto los German Buffalos venían de alcanzar su mayor triunfo: la victoria en el campeonato de baloncesto, como deporte de exhibición, celebrado en los Juegos Olímpicos de St Louis 1904.


El equipo campeón.

Hay que tener presente que las Olimpíadas de 1904 eran muy diferentes de las actuales. No existía competición por equipos, sino que se presentaban deportistas amateurs independientemente; por ello, el 90% de los participantes eran estadounidenses. La repercusión era escasa, la organización casi inexistente y el dinero imaginario. Para que os hagáis una idea, los juegos duraron solamente seis días y se celebraron en St Louis (en vez de Chicago, como estaba decidido inicialmente) porque el Presidente Teddy Roosevelt quiso que coincidiera con la Exposición Mundial de la Compra de la Louisiana, que tenía lugar en la ciudad. En cualquier caso, los Buffalo Germans derrotaron a los demás candidatos del país, y se convirtieron en el equipo más famoso y temido de su tiempo.

A raíz de eso, el equipo empezó a hacer giras por todo el país, acumulando victorias sobre equipos tanto amateurs como profesionales. Entre sus marcas históricas está jugar el primer "doubleheader", es decir, jugar dos partidos consecutivos contra rivales diferentes, 111 victorias consecutivas entre 1908 y 1910, permanecer imbatidos durante sus cinco primeras temporadas y acumular un récord histórico de 792 victorias frente a 86 derrotas durante su carrera, con un promedio de margen de victoria de más de 30 puntos y un techo alcanzado contra Hobart College, a los que derrotaron 134-0.


Las grandes estrellas eran Al Heerd (primero por la izquierda)
y el entrenador Fred Burkhardt (en traje de chaqueta).


Los Buffalo Germans fueron también pioneros en el merchandaising. En 1917-18, Converse lanzó las All Stars, las primeras zapatillas de baloncesto de la historia. En 1921, Converse decidió contratar a Chuck Taylor, alero de los Buffalo Germans, para promocionar sus zapatillas, creando así el primer endorsement de la historia del baloncesto. Chuck Taylor regalaba a la estrella rival un par de Converse All Stars antes de cada partido, y en 1923 se decidió añadir al calzado un parche con la firma del jugador, convirtiéndolo así en el Michael Jordan de su tiempo. Durante décadas, las zapatillas de baloncesto se llamarían "chucks".

Pero sobre todo crearon el concepto de equipo frente a conjunto de individualidades. Su ficha en la web del Hall of Fame (son uno de los cinco únicos equipos que han ingresado como conjuntos) termina con una anécdota muy reveladora: años después de su retirada, el entrenador Nat Holman invitó a Heerd a su vestuario y lo presentó a sus jugadores como "el mejor jugador de la historia del baloncesto". "No", lo corrigió Heerd, "no soy Al Heerd, el mejor jugador de la historia del baloncesto. Soy Al Heerd de los Buffalo Germans, el mejor equipo de baloncesto".

Equipos "inducidos" al Hall of Fame: el "Primer Equipo", los Buffalo Germans, los Original Celtics, los New York Renaissance y los Harlem Globetrotters.




(los Buffalo Germans)

Joe Lapchick y los Rens



quote:
I was five years old and looked outside my bedroom window in Yonkers, New York, which is the town I was raised in, and saw my father’s image swing from a tree with people under the tree picketing. And for several years after that, I would pick up the extension phone in the home, upstairs, my Dad not knowing I was listening, and it was ‘Nigger lover, nigger lover, nigger lover’, and I didn’t know what it meant, except that a lot of people didn’t like this man, who was for me the sun, the moon and the stars. And 28 years later, when I was involved with the Anti-Apartheid movement, my son Joe, who was five years old, named after my father at the time and my father the reason for those hate calls, and the picketing, was because my Dad had integrated the National Basketball Association, he was the coach of the New York Knickerbockers and had signed the first black player to play in the NBA. And my son came to me in our home in Virginia and said, ‘Daddy, are you a nigger-lover?’ and I stepped back, and I said, ‘Joey, what do you think that is?’ and he said, ‘I don’t know, but some mean man just called me on the phone and told me you were one.’

Richard Lapchick (en 1978, debido a su papel en la organización de boycotts a Sudáfrica, dos encapuchados atacaron a Richard Lapchick en su casa, le causaron lesiones en el hígado y los riñones, y le grabaron “nigger” en la barriga con unas tijeras; la policía declaró oficialmente que no había sospechosos y que las heridas “podían haber sido autoinflingidas”; Richard Lapchick no modificó sus actividades)

Joe Lapchick fue posiblemente la mayor estrella de los Original Celtics en las décadas 20 y 30. Durante estos años no cabía la menor duda de que solamente un equipo podía disputarles la consideración de “mejor equipo del mundo” eran los New York Renaissance. Durante esos años, los enfrentamientos entre ambos equipos alcanzaron consideraciones míticas, se anunciaban con gran antelación y las entradas se vendían a precios que para la época solamente cabe describir como astronómicos. Con el tiempo y el contacto, ambos equipos llegaron a profesarse un respeto y admiración mutua; en el pequeño mundillo del baloncesto profesional, el trato estrecho terminó derivando en amistad personal. Muchas veces, después de los partidos, Joe Lapchick invitaba a Bob Douglas (propietario de los Rens) a tomarse algo juntos comentando la jugada. “Esta noche no, Joe” contestaba invariablemente Douglas.

Eso era algo que Lapchick no podía comprender; conocía el racismo, había visto restaurantes que se negaban a servir a los Rens, incluso dueños de gasolineras que se acercaban a su autobús rifle en mano para indicarles que siguieran adelante; habían tenido que salir escoltados por la policía de más de un partido, por el simple delito de jugar juntos blancos y negros, pero él siempre había pensado en ir a algún bar donde sirvieran a negros. Pero una noche conoció el resto. Esa noche insistió, y esa noche Bob Douglas se lo explicó. Le explicó durante horas que había cosas peores que el hecho de que se negaran a servirte en cuatro pueblos de mala muerte. Había más sitios, muchos más, donde no se negarían a servirte pero todo el bar te estaría mirando en silencio hasta que te fueras. Había todo un mundo del que no te expulsaba ninguna ley, pero al que no podías entrar con tu dignidad y no entrarías sin ella.

Después de esa noche cambiaron algunas cosas. Desde esa noche, Lapchick saludaba al pívot de los Rens, “Tarzán” Cooper, con un abrazo en vez de darle la mano, para señalar su respeto por el único rival al que no podía vencer. Cuando supieron que frecuentemente los Rens recibían cheques sin fondos mientras los Celtics cobraban en metálico, convenció al equipo para que desde entonces fueran los Rens los que cobraran en metálico (nadie se atrevería a dar un cheque sin fondos a los famosísimos Original Celtics). Cuando se fundó la ABL, los Celtics se negaron a integrarse en ella si no era a la vez que los Rens, y solamente la estrechez económica pudo obligarlos a ceder.

Después de su retirada, cuando se fundó la BAA (antecesora de la NBA) y Joe Lapchick fue nombrado entrenador de los Knicks, presionó para que los Rens fueran admitidos y, cuando los rechazaron, solamente la petición personal de Bob Douglas impidió su dimisión fulminante. El primer negro que jugó un partido de la NBA fue Nate “Sweetwater” Clifton, y lo hizo para los New York Knicks de Joe Lapchick; y por ello colgaron monigotes con su nombre de las farolas de su calle y les prendieron fuego.


Presentación oficial de “Sweetwater” Clifton. Sentado, Joe Lapchick.

También por ello, cuando murió en 1970 hubo que hacer un velatorio de dos días para que todos los que hacían cola pudieran pasar por delante de su ataúd. Por ello pusieron altavoces fuera de la iglesia, para que la muchedumbre que no cabía dentro pudiera seguir el servicio funerario. Por ello el entierro fue retransmitido en directo por una cadena local de televisión.

Había mucha gente en el cementerio. Durante el recorrido, vi a varios ancianos negros. En el cementerio me acerqué a ellos. Uno me abrazó y me dijo: “Soy Bob Douglas, un viejo amigo de tu padre. Éstos son miembros de los Rens”.

Aquí escribo "Joe Lapchick" porque es el nombre por el que se lo conoció. Yo pienso en él como señor Lapchick. Señor Joseph Lapchick, para distinguirlo del hijo.

Original Celtics



Good evening everyone and welcome to the United States of America. And indeed we have congregated here at this time to celebrate a most treasured wealthspring of contemporary music. It is the sound which historians in the far future might catalog under twentieth century pre-light admitting diode euphoric, but today the sound lives, and tonight assembled exclusively for your entertainment pleasure, from the music capitals of this continent, this is the hard working all-star showband of Nat Holman and Joe Lapchick, ladies and gentlemen, these are the Original Celtics.



Cuenta la leyenda que el nombre “Original” Celtics se eligió para distinguirse de los numerosos imitadores que habían surgido cuando la gran guerra forzó la disolución del primer equipo de los Celtics. La verdad es un poco menos excitante, pero no os acostumbréis: esto no será la norma, y a partir de ahora caminamos por realidades más excitantes que cualquier leyenda.

Los Celtics surgieron inicialmente bajo el nombre de “New York Celtics” en 1914, y eran un equipo formado por adolescentes del West Side de Manhattan propiedad de Frank “Tip” McCormack. Este primer equipo tuvo una existencia fugaz, ya que poco después fue disuelto al entrar los EEUU en la Primera Guerra Mundial y decretar la movilización. Cuando terminó la guerra en 1918, el promotor deportivo Jim Furey (primo de McCormack) decidió intentar reconstruir el equipo y gestionarlo junto con su padre, Tom Furey. Aparentemente, la relación familiar no fue suficiente para que a McCormack no le molestara verse privado de un negocio que había iniciado, y amenazó con demandar a Jim Furey si usaba el nombre “New York Celtics”. Sin inmutarse, Furey cambió el nombre a “Original Celtics” y siguió adelante.

Furey creó el equipo alrededor de un pequeño núcleo de antiguos Celtics de preguerra, y fue añadiendo otros jugadores destacados de la ciudad de New York, buscando siempre tener el equipo más competitivo. La primera estrella fue “Dutch” Dennert, un forzudo pívot con sus impresionantes 1.85 de estatura, y junto con el alero John Beckman sumaron unas impresionantes 65 victorias frente a solamente 4 derrotas su primer año.

El equipo pronto se ganó un nombre en la ciudad y el estado de New York, y en 1921 se acordó un torneo entre los dos equipos punteros de la época: los Original Celtics y los New York Whirlwinds. Los Celtics perdieron el primer partido y ganaron el segundo, pero el definitivo tercer partido nunca llegó a jugarse. Hubo un misterioso problema de fechas, y mientras se intentaba encontrar pabellón Jim Furey ofreció contratos exclusivos a Nat Holman y Chris Leonard, las dos estrellas de los Whirlwinds. Dichos contratos estipulaban unas cantidades muy superiores a las que podían pagar los Whirlwinds, e incluso sus propios compañeros animaron a Holman y a Leonard a aprovechar esa oportunidad. Sin sus dos mejores jugadores, los Whirlwinds se disolvieron poco después sin llegar a terminar el torneo, y los Celtics quedaron como único gran equipo de New York, sobre todo gracias a Nat “Mr Basketball” Holman, el mago del balón.


Nat Holman

Así, el equipo vivió sus días de gloria, recorriendo el país sumando triunfo tras triunfo (su récord llegó a ser de 193 victorias, 11 empates y 1 derrota) a pesar de encontrarse con rivales de cada vez mayor entidad, como los Renaissance o los SPHAs, y de terminar en comisaría más de una vez por el delito de “quebrantar el descanso dominical” (no es broma). Durante la década de los 20, y a pesar de la encarnizada competencia de los Rens, los Original Celtics eran sin duda el mejor equipo de baloncesto. Jim Furey no se había dormido en los laureles, y había aumentado el nivel del equipo aún más con la llegada de un pívot aún mejor que Dennert, Joe Lapchick, y del anotador Dave “Pretzel” Banks, apodado “Flash” por su rapidez. Los duelos entre los Rens y los Celtics alcanzaron consideraciones legendarias, con miles de espectadores y golosas recaudaciones, y llevaron a una relación de auténtica amistad entre miembros de ambos equipos, fundamentalmente Lapchick con Bob Douglas (propietario de los Rens) y “Tarzán” Cooper.



Estos días llegaron a su fin con la creación de la American Basketball League en 1926. La ABL suele aparecer en el papel de villano, como la liga que hundió al barnstorming y manifestó su racismo, pero esto es seguramente injusto. Hasta su hundimiento con el crack del 29, fue la primera “gran” liga de baloncesto, con dinero de verdad gracias a magnates como George Marshall, Max Rosenbloom, George Halas o Joe Carr (comisionado de la liga de fútbol americano). También sirvió para universalizar unas cuantas reglas en el baloncesto, como la prohibición del bote a dos manos, la definición de unas dimensiones reglamentarias de la cancha, el saque de fondo tras canasta o el contrato anual exclusivo (algo que copiaron de los Original Celtics). Fue, sin duda, un paso adelante y el avance de lo que un día sería la NBA.

De momento, la ABL aspiraba a integrar a los principales equipos de barnstorming, que eran el principal aliciente del baloncesto. Los Sphas o los Visitations aceptaron incorporarse a la liga sin problemas, pero los Celtics se negaron. La razón alegada fue que podían ganar más dinero haciendo bolos, pero en realidad el motivo era que la liga se había negado a aceptar a los Rens por ser negros. Los Original Celtics, agrupados en torno a Joe Lapchick, comunicaron que solamente entrarían con los Rens. Desgraciadamente, no pudo ser. La ABL se negó a aceptar negros, y anunció duras sanciones a cualquiera de sus equipos que jugara contra los Celtics. Con sus principales rivales dentro de la ABL, los Celtics tuvieron muchas dificultades para hacer giras provechosas, y después de un año perdiendo dinero, tuvieron que aceptar su integración en la ABL.

Claro que nunca es buena idea agarrar a un tigre por la cola, como descubrió la ABL cuando los Original Celtics ganaron el campeonato sus dos primeras temporadas con una superioridad insultante. La liga reaccionó fulgurantemente: después de una serie de extrañas maniobras, en 1928 Jim Furey terminó en Sing-Sing, cumpliendo condena por malversación de fondos. Los hechos del caso no están excesivamente claros, ya que por un lado la honradez de Furey no estaba muy por encima de sospecha que digamos, y por otro la liga buscaba abiertamente librarse de él. Sin Furey, la ABL decretó la disolución de los Original Celtics y sus jugadores fueron distribuidos por los demás equipos; los Cleveland Rosemblums, que recibieron a cinco Celtics originales, se convirtieron en los nuevos campeones. De todas formas, la iniciativa fue un desastre: castigada por la crisis económica y privada de su gran reclamo, la ABL se disolvió en 1931 por quiebra. Aunque reapareció en 1933, fue solamente como liga regional de bajo presupuesto. Los Celtics eran libres de nuevo.

Desgraciadamente, los tiempos habían cambiado. Aunque se reorganizaron y aún dieron grandes noches al baloncesto, el equipo había perdido potencial mientras que sus rivales lo habían ganado, y ya nadie podía discutir que los Rens estaban un peldaño por encima de los Original Celtics. Aún peor, este breve revival no podía disimular que los días del barnstorming tocaban a su fin y empezaba la era de las ligas. Los Original Celtics se disolvieron definitivamente, pero su camiseta aún cuelga del Hall of Fame de Springfield, donde fueron aceptados como equipo en 1959.

Menos que Nadie: The New York Renaissance Casino Ballroom Five.


Es la gloria y la tragedia de los Rens que la causa misma de su fama sirva para oscurecer la base de sus merecimientos. Hay que tener mucho cuidado al alabarlos por ser auténticos pioneros, por abrir nuevos caminos y por afrontar el racismo y la discriminación allá donde fueron desde 1923 a 1949, porque corres el riesgo de dejar en el olvido el reconocimiento de aquél de sus rasgos que más lucharon por defender. Más que pioneros, más que una lección en historia y dignidad, recordemos a los Rens como un fantástico equipo de baloncesto. Blancos, negros o estampados, sabían jugar.



"To this day, I have never seen a team play better team basketball. They had great athletes, but they weren't as impressive as their team play. The way they handled and passed the ball was just amazing to me then, and I believe it would be today."
(John Wooden, que jugó contra ellos como miembro de los Indianapolis Kautskys)

Los Rens fueron fundados en 1923 por Robert L. Douglas, el llamado “padre del baloncesto negro”. Douglas se había establecido en Nueva York procedente de las Indias Occidentales británicas, y en 1919 creó dos equipos amateur en Harlem (los Spartan Braves y Spartan Hornets), que competían contra rivales locales fueran blancos o negros. Sin embargo, en esta época cualquier jugador que cobrara una mínima cantidad quedaba expulsado de las competiciones amateur, y Bob Douglas terminó migrando al baloncesto profesional de manera natural.


(Bob Douglas es el primero por la derecha)

En los años 20 se vivía un auténtico estallido de expresión negra en Harlem, centrada sobre todo en la música y el baile, y se abrieron numerosos salones de baile en toda la zona. Uno de ellos fue el Renaissance Casino Ballroom, abierto por William Roach en 1922. El Renaissance era un sitio fino, elegante y de nivel; Duke Ellington, Count Basie o Ella Fitzgerald actuaron en él. Estaba de moda incluir otros espectáculos en las salas de baile, y así Roach acordó cederle la segunda planta a Douglas para partidos de baloncesto. El 3 de Noviembre de 1923, los Rens derrotaron a los “Collegiate Five” (probablemente un combinado local) 28-22.

Durante la década de los años veinte los Rens, jugando en el Renaissance Casino o en otros locales de la ciudad, se convirtieron en el segundo mejor equipo de baloncesto por detrás de los Original Celtics. La experiencia de los Rens como equipo en sala no duró demasiado. Al acercarse la gran depresión, la moda de los casinos de baile lujosos y caros se desvaneció, y en 1928 los Rens tuvieron que aceptar la idea de que la única forma de sobrevivir sería mediante giras más amplias, por el Medio Oeste y otras regiones más alejadas de la ciudad. En 1933 empezaron a incluir giras por el Sur, y es donde las cosas se pusieron feas: frecuentemente tenían que abandonar las ciudades a toda prisa, y elegir cuidadosamente dónde repostar, comprar alimentos o alojarse. No era raro que tuvieran que dormir en su vetusto autobús, apodado “The Blue Goose”.



Deportivamente, los Rens alcanzaron su cota más alta en la década de los 30, cuando al fin superaron definitivamente a los Celtics para ser reconocidos como mejor equipo del mundo. Conocidos como “los Siete Magníficos” (Charles "Tarzan" Cooper, John "Casey" Holt, James "Pappy" Ricks, Eyre "Bruiser" Saitch, William "Wee Willie" Smith, Bill Yancey, y el entrenador-jugador Clarence "Fat" Jenkins), en 1938 los Rens ficharon al que seguramente fuera el mejor jugador de su época: William “Pop” Gates. Gates andaba entrenando con los Harlem Yankees, el “sparring” para las pachanguitas de pretemporada de los Rens, y los Rens no tardaron demasiado en percibir el auténtico valor de este monstruo del baloncesto.


("Pop" Gates)

Baloncestísticamente, los Rens eran muy diferentes a los Original Celtics. Los Celtics se basaban en una defensa presionante y un ataque basado en el bote de Nat Holman (el único base de la época capaz de mirar a un lado y pasar al otro) y de Joe Lapchick al poste. Los Rens, en cambio, jugaban un baloncesto mucho más rápido y agresivo. El mandamiento fundamental era que el balón viaja más rápido que el jugador, así que el pase tenía preeminencia sobre el bote.

Los enfrentamientos entre ambos equipos se hicieron legendarios, alcanzando una asistencia máxima de 15000 espectadores. Los emparejamientos se hicieron famosos, Joe Lapchick y Dutch Dennert contra “Tarzán” Cooper y “Wee” Willie Smith; “Pretzel” Banks contra “Fat” Jenkins; Nat Holman contra “Pop” Gates. Gates no era un base superlativo como Holman, pero sí el jugador más completo de su era (anotador, reboteador, defensor), y dominaba el juego ofensivo de los Rens con sus entradas a canasta, aprovechando su manejo del balón ¡con las dos manos!

"The Rens learned a lot from the Celtics. They played with their heads. And when we played other teams, we instituted a lot of their stuff -- playing smart basketball, setting each other up. They were good teachers and, after a while, the student started taking it to the teacher."
(John Isaacs)

Los Rens terminaron la década como dominadores absolutos, derrotando a los Harlem Globetrotters y a los Okosh All-Stars (campeones de la NBL) para conquistar el primer “World Professional Basketball Tournament” en 1938. Bob Douglas regaló a los jugadores unas chaquetas conmemorativas bordadas con el lema "N.Y. Rens - Colored World Champions." Los jugadores cogieron una navaja y descosieron la palabra “colored”; recuerda, no subestimes el corazón de un campeón.

La década de los 40 marca la decadencia de los Rens y del barnstorming en general. La guerra mundial, primero, y la competencia de las emergientes ligas profesionales fueron minando la base comercial de los equipos independientes. Como equipo negro, los Rens estaban totalmente al margen de estas ligas, sin capacidad de integración. ¿O no es así? En 1943 “Wee Willie” Smith jugó con los Cleveland Chase Brass de la NBL, y en 1946 “Pop” Gates jugó con los Buffalo Bisons (que terminaron la temporada como los Tri-Cities Blackhawks, no preguntes). Sin embargo, eran ya jugadores en la cuesta abajo de sus carreras, y su impacto en la liga fue mínimo. De hecho, la NBL como liga estaba en sus últimos estertores, agobiada por la más boyante BAA, y cuando en 1948 sus dos mejores equipos (Minneapolis Lakers y Rochester Royals) se fueron a la otra liga, el final de hizo tan inminente como evidente.


(Los Buffalo Bisons; en el centro, "Pop" Gates)

Pero aún les quedaba un cartucho a los envejecidos Rens. El 17 de Diciembre de 1948, y con un balance de 2 victorias y 17 derrotas, los Detroit Vagabond Kings de la NBL hicieron honor a su nombre y se declararon en quiebra. En angustiosa necesidad de un equipo para rellenar su hueco, el presidente de la NBL Mike Duffy solicitó a los Rens que se incorporaran a la liga. Convertidos en los Dayton Rens y entrenados por “Pop” Gates, con un balance de 14 victorias y 26 derrotas, los Rens fueron el único equipo negro en jugar una liga blanca de baloncesto profesional.

Desgraciadamente, ya era demasiado tarde. La NBL se disolvió en una especie de fusión controlada con la BAA, y la nueva NBA no aceptaba negros. Abe Sapperstein compró al equipo para usarlo de “teloneros” de sus Globetrotters, con la idea de empezar con un partido de los Rens y seguir con el plato fuerte de los Trotters, pero no funcionó.

Los New York Renaissance se disolvieron en 1949, y son uno de los cinco equipos incluidos en el Hall of Fame de Springfield. Además, fueron pioneros en la lucha contra la discriminación racial; no ha sido fácil no escribir sobre ello, pero para eso estaba el punto anterior. Éste va de buenos jugadores y de grandes equipos.

El juego de equipo



En el primer episodio de la famosa serie “Chócala!!!”, Pedro Barthe afirma que una de las novedades introducidas por los Original Celtics en el baloncesto es el bote sin mirar, realizado por “Dutch” Wohlfart, llamado “el driblador ciego”. Sin embargo, resulta difícil creer que esto fuera una innovación tan tardía, y de hecho según la poca información que he podido encontrar sobre el tema “Dutch” Wohlfart se ganó la fama como “The Blind Dribbler” jugando con el equipo de Trenton en 1900. Ésta es una de las pocas facetas del baloncesto moderno que no fue introducida o popularizada por los Original Celtics.

Aunque pueda parecer poco relacionado con el baloncesto, la principal innovación que permitió todos los demás desarrollos no se produjo dentro sino fuera de la cancha: el contrato anual exclusivo. Previamente, los jugadores eran contratados por partidos o para giras puntuales de pocos días; acudían solamente a los partidos, y constantemente cambiaban de equipo o sencillamente jugaban cada día con el que estuviera dispuesto a poner unos pocos billetes sobre la mesa. La empresa que Furey tenía en mente requería mayor control sobre su espectáculo, así que estableció contratos anuales ligando a los jugadores al equipo, estableciendo una remuneración digna (para la época) y un compromiso con el equipo. De esta manera, el equipo mantenía una plantilla fija todo el año (e incluso de año a año), y además de jugar siempre juntos también se podía entrenar regularmente y más en serio. Ésta fue la herramienta que permitió crear el baloncesto moderno de equipo.

En el mismo episodio de “Chócala!!!” se pudo ver la primera grabación de baloncesto, que es precisamente un entrenamiento de los Original Celtics, y ahí pudimos ver la base de su juego: el poste alto.

El juego al poste alto es anterior a los Celtics, y aparentemente procede de los tiempos en los que se jugaba en gimnasios con columnas. Los jugadores habituales pronto descubrieron la utilidad de esos pilares para “bloquear” a los defensores, y frecuentemente driblaban alrededor de los mismos para intentar que el rival entrara en franca intimidad física con el hormigón. De ahí a pensar en utilizar a algún compañero particularmente forzudo para el mismo cometido solamente hay un paso.

Sin embargo, fueron los Original Celtics los que expandieron y popularizaron las numerosas variantes de este juego, desde un día que se enfrentaron a un rival (dicen que Miami, yo prefiero pensar que Chattanooga) que tuvo la idea de colocar a un defensor constantemente en el centro de la zona a la altura del tiro libre, para entorpecer el ataque y sobre todo el contraataque. “Dutch” Dennert se ofreció para colocarse delante de ese jugador, de espaldas a canasta, y recibir el pase. El defensor rival intentaba rodearlo para robarle el balón, y Dennert solamente tenía que pivotar hacia el otro lado para la bandeja sin oposición.

La primera gran mejora de esta jugada básica se produjo con la llegada de Nat Holman. Holman, un base con increíble manejo de balón y visión de juego según las crónicas, enseñó a Dennert a dar un paso de recepción: al salir el pase, Dennert daba un paso hacia Holman para recibir el balón. Así, el defensor no tenía posibilidad de anticiparse y quedaba “sellado” a la espalda del corpulento pívot de los Original Celtics.

Pero el salto definitivo se produjo con la llegada al equipo de Joe Lapchick, más alto y atlético que Dennert, que ocupó el centro de la zona y desplazó al bueno de "Dutch" a las alas. Lapchick era un jugador de mucha más calidad y técnica que su antecesor, pero sobre todo tenía una habilidad inusual para un hombre alto: era un gran pasador. Esta característica suya permitió ampliar el abanico táctico de los Original Celtics, que empezaron a basar su juego en un pase a Lapchick en el centro de la zona, y cortes rápidos de los aleros hacia la canasta para recibir el pase y anotar la canasta fácil. Veamos, veamos.


Balón al pívot en la zona.


Corte de los dos exteriores.


Pase al jugador de la izquierda.


Bandejita fácil.

Con Lapchick asistiendo desde el poste alto fue como el velocísimo "Pretzel" Banks, llamado así porque su padre era panadero, se ganó su nuevo sobrenombre de "Flash" a base de anotar innumerables canastas.

No se vayan todavía, aún hay más. El baloncesto se juega en dos canastas, y las innovaciones de los Original Celtics no se limitaron al ataque o la anotación. Los Celtics son el primer equipo conocido que usaba defensas alternativas, es decir, que cambiaba de zona a hombre según las órdenes del entrenador o las circunstancias del partido. En el baloncesto de la época, era lo único que les faltaba ya a sus pobres rivales para prorrumpir en amargo llanto.