La Masacre de Texas (1990-1994): de los Dallas Nuggets a Quinn Buckner
El final llegó para estos Dallas Mavericks el verano de 1990, cuando Adrian Dantley y Sam Perkins abandonaron el equipo como agentes libres y Roy Tarpley fue sancionado a perpetuidad (aún volvería para la temporada 94-95, pero sin apenas trascendencia).
La marcha de Adrian Dantley no fue precisamente una sorpresa: la relación entre el jugador y la franquicia fue siempre tormentosa, y en Enero de 1990 alcanzaron el acuerdo de que Dallas cortaría a Dantley ese verano para que pudiera buscarse acomodo en un equipo más de su gusto como agente libre. Así fue, aunque eventualmente Dantley descubrió que la demanda de aleros problemáticos que vienen de una lesión grave no está precisamente al alza: se pasó el año en blanco, entre rumores de retirada y el progresivo olvido de los medios y del público, hasta que Milwaukee lo repescó para cubrir la baja por lesión Dale Ellis. Jugó 10 partidos saliendo desde el banquillo sin mucha distinción, y al año siguiente se marchó a Italia para jugar su última temporada. Un final demasiado gris para una carrera brillante.
Si el adiós de Dantley estaba más que previsto, la “deserción” de Sam Perkins cayó como una bomba en la franquicia. El 7 de Agosto de 1990 Perkins fichó como agente libre con Los Angeles Lakers, y definitivamente hundió a unos Mavs que habían apostado por el continuismo frente a las voces que propugnaban la reconstrucción del equipo. Al terminar la temporada anterior, Dallas tenía dos caminos posibles:
1) Reconstruir desde el draft. Los Mavericks disponían de tres primeras rondas del draft de 1990: la suya propia más la que recibieran a cambio de Jay Vincent y la que recibieron por el traspaso de Bill Garnett y Terence Stansbury. Sin embargo, el draft de 1990 no era particularmente prometedor más allá de las primeras elecciones, y no parecía que Dallas tuviera opciones realistas de conseguir a algún jugador de primer nivel; de hecho, los jugadores eventualmente drafteados con esas elecciones fueron Willie Burton, Travis Mays y Duane Causwell.
2) Fichar a un par de veteranos para cubrir las bajas y mantener la estructura del equipo. Después de todo, el desastre de la 89-90 se había debido en buena parte a las lesiones; el equipo aún tenía un backcourt de calidad con Harper y Blackman, un juego interior notable con Perkins y Tarpley, y un par de pívots grandes como Donaldson y Williams.
A toro pasado todo es rabo, supongo. Dallas aún contaba con Tarpley y Perkins para la temporada siguiente, así que se optó por convertir esas rondas del draft en jugadores que pudieran contribuir directamente: Rodney McCray vino de Sacramento a cambio de Bill Wennington y dos primeras rondas (Travis Mays, Duane Causwell), y “Fat” Lever vino de Denver a cambio de una primera ronda para 1990 (Willie Burton) y 1991 (LaBradford Smith). Además, cuando se conoció la marcha de Perkins, los Mavericks firmaron como agente libre a Alex English, que se había marchado de Denver tras enfrentarse con Doug Moe. Aparentemente, Dallas estaba intentando reconstruir a los Nuggets de los 80, por razones que no alcanzo a comprender.
El resultado fue un desastre: apenas comenzada la temporada, Roy Tarpley fue expulsado de la liga y Fat Lever sufrió una gravísima lesión de rodilla que lo tendría inmovilizado durante año y medio. Rodney McCray y Alex English demostraron ser, sobre todo éste último, una pálida sombra de lo que habían sido. El equipo quedó en manos de Derek Harper y Rolando Blackman, con Herb Williams y James Donaldson como toda ayuda ya que el banquillo estaba reducido a un veteranísimo Brad Davis ya en decadencia, y un Randy White que ni cocía, ni enriquecía. Demasiado que ganaron 28 partidos.
Las cosas fueron aún peor en la temporada 1991-92. El ala-pívot Doug Smith, drafteado con el nº 6 como gran esperanza de la franquicia, fue otro jugador mediocre que tras dar bandazos unos cuantos años desapareció de la liga. Las segundas rondas de este año, el pívot Donald Hodge y el base tirador Mike Iuzzolino, mostraron ciertas virtudes en su temporada rookie que no se verían refrendadas posteriormente. Alex English no fue renovado y se retiró. Rodney McCray estaba acabado. Fat Lever y Brad Davis apenas jugaron. James Donaldson fue traspasado a los Knicks a cambio de... ¿Brian Quinnet? El equipo quedó una vez más en manos de Harper y Blackman, con Herb Williams como única ayuda además del sempiterno Randy White, los rookies y un par de agentes libres como Terry Davis y Tracy Moore. Ganaron 22 partidos.
En 1992 tiraron la toalla definitivamente: Brad Davis se retiró, Rolando Blackman y Herb Williams se fueron a los Knicks, y Rodney McCray a los Bulls. Richie Adubato fue sustituido por Gar Heard, y Derek Harper solamente duró una temporada en el equipo. Llegaron los drafts jamoneros, y se inició el lento camino hacia la reconstrucción.
Pero eso, como diría Rudyard Kipling, ya es otra historia.
La marcha de Adrian Dantley no fue precisamente una sorpresa: la relación entre el jugador y la franquicia fue siempre tormentosa, y en Enero de 1990 alcanzaron el acuerdo de que Dallas cortaría a Dantley ese verano para que pudiera buscarse acomodo en un equipo más de su gusto como agente libre. Así fue, aunque eventualmente Dantley descubrió que la demanda de aleros problemáticos que vienen de una lesión grave no está precisamente al alza: se pasó el año en blanco, entre rumores de retirada y el progresivo olvido de los medios y del público, hasta que Milwaukee lo repescó para cubrir la baja por lesión Dale Ellis. Jugó 10 partidos saliendo desde el banquillo sin mucha distinción, y al año siguiente se marchó a Italia para jugar su última temporada. Un final demasiado gris para una carrera brillante.
Si el adiós de Dantley estaba más que previsto, la “deserción” de Sam Perkins cayó como una bomba en la franquicia. El 7 de Agosto de 1990 Perkins fichó como agente libre con Los Angeles Lakers, y definitivamente hundió a unos Mavs que habían apostado por el continuismo frente a las voces que propugnaban la reconstrucción del equipo. Al terminar la temporada anterior, Dallas tenía dos caminos posibles:
1) Reconstruir desde el draft. Los Mavericks disponían de tres primeras rondas del draft de 1990: la suya propia más la que recibieran a cambio de Jay Vincent y la que recibieron por el traspaso de Bill Garnett y Terence Stansbury. Sin embargo, el draft de 1990 no era particularmente prometedor más allá de las primeras elecciones, y no parecía que Dallas tuviera opciones realistas de conseguir a algún jugador de primer nivel; de hecho, los jugadores eventualmente drafteados con esas elecciones fueron Willie Burton, Travis Mays y Duane Causwell.
2) Fichar a un par de veteranos para cubrir las bajas y mantener la estructura del equipo. Después de todo, el desastre de la 89-90 se había debido en buena parte a las lesiones; el equipo aún tenía un backcourt de calidad con Harper y Blackman, un juego interior notable con Perkins y Tarpley, y un par de pívots grandes como Donaldson y Williams.
A toro pasado todo es rabo, supongo. Dallas aún contaba con Tarpley y Perkins para la temporada siguiente, así que se optó por convertir esas rondas del draft en jugadores que pudieran contribuir directamente: Rodney McCray vino de Sacramento a cambio de Bill Wennington y dos primeras rondas (Travis Mays, Duane Causwell), y “Fat” Lever vino de Denver a cambio de una primera ronda para 1990 (Willie Burton) y 1991 (LaBradford Smith). Además, cuando se conoció la marcha de Perkins, los Mavericks firmaron como agente libre a Alex English, que se había marchado de Denver tras enfrentarse con Doug Moe. Aparentemente, Dallas estaba intentando reconstruir a los Nuggets de los 80, por razones que no alcanzo a comprender.
El resultado fue un desastre: apenas comenzada la temporada, Roy Tarpley fue expulsado de la liga y Fat Lever sufrió una gravísima lesión de rodilla que lo tendría inmovilizado durante año y medio. Rodney McCray y Alex English demostraron ser, sobre todo éste último, una pálida sombra de lo que habían sido. El equipo quedó en manos de Derek Harper y Rolando Blackman, con Herb Williams y James Donaldson como toda ayuda ya que el banquillo estaba reducido a un veteranísimo Brad Davis ya en decadencia, y un Randy White que ni cocía, ni enriquecía. Demasiado que ganaron 28 partidos.
Las cosas fueron aún peor en la temporada 1991-92. El ala-pívot Doug Smith, drafteado con el nº 6 como gran esperanza de la franquicia, fue otro jugador mediocre que tras dar bandazos unos cuantos años desapareció de la liga. Las segundas rondas de este año, el pívot Donald Hodge y el base tirador Mike Iuzzolino, mostraron ciertas virtudes en su temporada rookie que no se verían refrendadas posteriormente. Alex English no fue renovado y se retiró. Rodney McCray estaba acabado. Fat Lever y Brad Davis apenas jugaron. James Donaldson fue traspasado a los Knicks a cambio de... ¿Brian Quinnet? El equipo quedó una vez más en manos de Harper y Blackman, con Herb Williams como única ayuda además del sempiterno Randy White, los rookies y un par de agentes libres como Terry Davis y Tracy Moore. Ganaron 22 partidos.
En 1992 tiraron la toalla definitivamente: Brad Davis se retiró, Rolando Blackman y Herb Williams se fueron a los Knicks, y Rodney McCray a los Bulls. Richie Adubato fue sustituido por Gar Heard, y Derek Harper solamente duró una temporada en el equipo. Llegaron los drafts jamoneros, y se inició el lento camino hacia la reconstrucción.
Pero eso, como diría Rudyard Kipling, ya es otra historia.